Versículo para hoy:

domingo, 17 de julio de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – JULIO 17

“Que no escape ninguno”. 1 Reyes 18:40.

CUANDO el profeta Elías recibió respuesta a su oración y el fuego del cielo consumió el sacrificio en presencia de todo el pueblo, pidió a los israelitas reunidos que prendieran a los sacerdotes de Baal y clamó severamente: “Que no escape ninguno”. Elías los llevó al arroyo de Cisón y allí los degolló. Así debe acontecer con nuestros pecados: todos están sentenciados a muerte y no deben ser tolerados. Nuestros pecados favoritos deben morir. No los perdones por mucho que te rueguen. Hiérelos aunque sean tan queridos como Isaac. Hiere, pues. Dios atacó al pecado cuando este fue puesto sobre su propio Hijo. Con muy firme resolución debes condenar a muerte al pecado que una vez fue el ídolo de tu corazón. ¿Preguntas cómo debes realizar esto? Jesús será tu poder. Para derrotar al pecado cuentas con la gracia que te ha sido dada en el pacto de la gracia. Tú dispones de fuerza para ganar la victoria en la cruzada contra las lujurias secretas, pues Cristo Jesús prometió estar contigo hasta el fin. Si quieres triunfar de las tinieblas, ponte en presencia del Sol de Justicia. No hay lugar más adaptado para descubrir el pecado y librarse de su poder y culpa que la inmediata presencia de Dios. Job nunca supo cómo librarse del pecado hasta que el ojo de su fe descansó en Dios, y entonces se aborreció a sí mismo y se arrepintió en el polvo y la ceniza. El oro fino del cristiano frecuentemente se opaca. Necesitamos el fuego sagrado para que consuma la escoria. Recurramos a nuestro Dios; él es fuego consumidor. El no consumirá nuestro espíritu, sino nuestros pecados. Que la bondad de Dios nos lleve a un celo sagrado y a una venganza santa contra las iniquidades que son odiosas en su presencia. Sal con el poder de Dios a combatir a Amalec y destruye completamente a su maldita banda. Que ninguno escape.

Charles Haddon Spurgeon.