Versículo para hoy:

lunes, 14 de noviembre de 2016

Cómo Dios me salvó del Evangelio de la Prosperidad - Elly Achok Olare & Patti Richter

Una mente renovada por la Palabra - Pr. Miguel Núñez, Pr. Fausto González de Chávez, Pr. José Mendoza

La oración humilde - Nancy DeMoss de Wolgemuth

¿Cuándo fue la última vez que oraste por avivamiento?

Programas de la serie

Tomado de Nancy Leigh DeMoss. Programa radial emitido Noviembre 14, 2016. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

LECTURAS VESPERTINAS – NOVIEMBRE 14

“Y Labán respondió: No se hace así en nuestro lugar, que se dé la menor antes de la mayor”. Génesis 29:26.

NOSOTROS no excusamos a Labán por su engaño, pero no tenemos escrúpulo en sacar una lección de la costumbre que él mencionó como excusa de lo que hizo. Hay algunas cosas que tienen que ser admitidas por orden y, si queremos lograr la segunda, tenemos que asegurarnos la primera. La segunda puede ser a nuestros ojos la más hermosa, pero las leyes de nuestra patria celestial tienen que cumplirse y la mayor debe casarse primero. Por ejemplo: muchos hombres desean la bella y muy favorecida Raquel del gozo y de la paz, que se logra creyendo, pero tienen primero que desposarse con la Lea de ojos tiernos del arrepentimiento. Todos están enamorados de la felicidad. Muchos quisieran servir alegremente dos veces siete años para poseerla, pero de acuerdo con las leyes del reino del Señor, la Lea de la real santidad tiene que ser amada por nuestra alma antes que la Raquel de la verdadera felicidad pueda ser alcanzada. El cielo no viene primero, sino después y sólo por perseverar hasta el fin podemos llegar allá. Tenemos que llevar la cruz antes que ceñir la corona. Tenemos que seguir al Señor en su humillación, de lo contrario, nunca descansaremos con él en la gloria. Alma mía, ¿qué dices tú? ¿Eres tan presuntuosa como para quebrantar las disposiciones celestiales? ¿Aguardas recompensa sin trabajar o gloria sin sacrificarte? Desecha esa vana esperanza y acepta con gozo las cosas desagradables por el dulce amor de Jesús, quien te recompensará por todo. En ese espíritu, trabajando y sufriendo, verás que lo amargo se convierte en dulce y lo difícil en fácil. Como Jacob, tus años de servicio te parecerán sólo pocos días por el amor a Jesús. Y cuando la ansiada hora de las bodas llegue, todas tus fatigas desaparecerán; y entonces, una hora con Jesús, te recompensará los años de pena y de labor.

Charles Haddon Spurgeon.