Versículo para hoy:

sábado, 28 de febrero de 2015

FEBRERO 28

“De él es mi esperanza”. Salmo 62:5.

USAR este lenguaje es privilegio del creyente. Si él está esperando algo del mundo, está esperando en vano. Pero si espera en Dios para que él supla sus necesidades, entonces tanto en las bendiciones materiales como en las espirituales, su esperanza no será en vano. Puede constantemente sacar fondos del banco de la fe y hacer que sus necesidades queden satisfechas por las riquezas de la bondad de Dios. Esto sé: que prefiero tener a Dios como mi banquero que a todos los multimillonarios. Mi Señor nunca falla en el cumplimiento de sus promesas; y cuando las llevamos ante su trono, nunca las devuelve sin cumplir. Por lo tanto, solamente ante su puerta aguardaré, pues siempre la abre con la mano de la generosa gracia. Lo probaré otra vez en esta ocasión. Pero nosotros tenemos también esperanzas para más allá de esta vida. Pronto moriremos, y entonces podremos decir: “De él es nuestra esperanza”. ¿No esperamos que cuando estemos en el lecho del dolor él enviará a sus ángeles para llevarnos a su seno? Nosotros creemos que cuando nos falle el pulso y nuestro corazón palpite dificultosamente algún mensajero angélico estará a nuestro lado y con ojos amorosos nos mirará diciendo: “Espíritu hermano, vamos”. Y al acercarnos a la puerta celestial, esperamos oír esta invitación de bienvenida: “Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Esperamos arpas de oro y coronas de gloria: esperamos estar pronto entre la multitud de seres resplandecientes que están delante del trono. Miramos hacia delante y ansiamos que llegue el tiempo cuando seremos semejantes a nuestro glorioso Señor, porque lo “veremos como él es”. Si éstas, alma mía, son tus esperanzas, vive para Dios, vive con el deseo y la resolución de glorificar a aquél de quien vienen todas las provisiones, y por cuya gracia demostrada en tu elección, redención y llamamiento, tienes esperanza de la gloria venidera.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

viernes, 27 de febrero de 2015

La verdad en contra del feminismo por el Pastor Sugel Michelen



Subido a YouTube por Javier Gil

Un avivamiento en mi hogar - Nancy Leigh DeMoss


FEBRERO 27

“Porque tú has puesto a Jehová que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación”. Salmo 91:9.


MIENTRAS estuvieron en el desierto, los israelitas estaban continuamente expuestos a cambio. Cuando la columna de nubes se detenía, plantaban las carpas; pero al día siguiente, antes que saliese el sol de la mañana, sonaba la trompeta, el arca se ponía en movimiento, y la ardiente columna de nube marcaba el camino, ya a través de los estrechos desfiladeros de las montañas, ya a lo largo del árido y desolado desierto. En cuanto descansaban un poco, oían la voz de “¡Afuera, éste no es vuestro reposo; debéis ir más adelante peregrinando hacia Canaán!” Nunca permanecían mucho tiempo en un lugar. Ni pozos ni palmeras podían detenerlos. Pero, a pesar de esto tenían en Dios un hogar permanente. El techo de ese hogar era la columna de nube y su lumbre la columna de fuego. Tenían que marchar de lugar en lugar, cambiando continuamente, sin tener nunca tiempo para establecerse en un lugar y decir: “Ahora estamos seguros; permaneceremos aquí”. “Sin embargo –dice Moisés- tú, Señor, nos has sido refugio de generación en generación”. Con relación a Dios, el cristiano no conoce ningún cambio. Puede ser rico hoy y pobre mañana; puede estar un día bien y otro día mal; puede gozar hoy de prosperidad y estar mañana en apretura, pero con relación a Dios, no experimenta cambio alguno. Si me amó ayer me ama también hoy. Mi inconmovible mansión de descanso es mi bendito Señor. Que se desvanezcan mis buenas perspectivas, que se esfumen mis esperanzas, que cese mi gozo, que los tizones destruyan todo; yo no he perdido nada de lo que tengo en Dios. El es “mi fuerte habitación en la que puedo descansar continuamente”. Yo soy un peregrino en este mundo, pero en el cielo que es mi hogar, está mi Dios. En la tierra soy un peregrino, pero en Dios habito como en tranquila habitación.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

jueves, 26 de febrero de 2015

EL NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO - Wayne Grudem

  • BASE BÍBLICA: La Biblia claramente afirma que Jesús fue concebido en el vientre de su madre, María, mediante la obra milagrosa del Espíritu Santo y sin padre humano.

«El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo» (Mt 1:18). Poco después de esto un ángel del Señor le dijo a José, que estaba comprometido en matrimonio con María: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo» (Mt 1:20). Luego leemos que José «hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús» (Mt 1:24-25).

No desperdicies tu feminidad - Nancy Leigh DeMoss, Pr. John Piper

FEBRERO 26

“La salvación pertenece a Jehová”. Jonás 2:9.

LA salvación es obra de Dios. Él sólo es quien vivifica al alma que está “muerta en sus delitos y pecados” y quien, además, la sostiene en la vida espiritual. Él es el Alfa y la Omega. “La salvación pertenece a Jehová”. Si soy una persona afecta a la oración, es Dios quien me da esa inclinación. Si estoy revestido de dones, es porque el Señor me los dio. Si mantengo una vida consecuente es porque él me sostiene con su mano. Nada hago yo para mi propia preservación fuera de lo que Dios obra primero en mí. Cualquier cosa que yo tenga, todo pertenece al Señor. Lo único que es propiamente mío es el pecado. Pero si hago algo recto, ese algo es de Dios entera y completamente. Si he rechazado a algún enemigo espiritual, es porque Dios fortaleció mi brazo. ¿Vivo ante los hombres una vida consagrada? Esto no es por mí, sino por Cristo que vive en mí. ¿Estoy santificado? Yo no me limpio a mi mismo; es el Espíritu de Dios el que me santifica. ¿Estoy apartado del mundo? Esto se efectuó por las santificadoras pruebas que Dios me envió para mi bien.
Si estoy creciendo en conocimiento es porque el gran Maestro me enseña. Todas mis joyas están trabajadas con arte celestial. Hallo en Dios todo lo que necesito. Pero en mí mismo no hallo otra cosa sino miseria y pecado. “Él solo es mi roca y mi salvación”. ¿Me alimento de la Palabra? Esa Palabra no podría alimentarme si el Señor no le hubiese comunicado esa virtud, y si él no me ayudase a alimentarme de ella. ¿Vivo del maná que viene del cielo? ¿Qué es ese maná sino Jesucristo mismo, cuyo cuerpo y cuya sangre como y bebo? ¿Estoy continuamente recibiendo nuevas fuerzas? ¿De dónde consigo el poder? Mi fortaleza viene del cielo. Sin Jesús nada puedo hacer. Como un pámpano no puede llevar fruto si no estuviere en la vid, tampoco yo puedo hacerlo si no permanezco en él. Que lo que Jonás aprendió en las profundidades, lo aprenda yo esta mañana en mi cámara secreta: “La salvación pertenece a Jehová”.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Las personas mas influyentes del mundo - Nancy Leigh Demoss, Pr. John Piper

FEBRERO 25

“La ira que vendrá”. Mateo 3:7.

ES agradable pasar por un campo después de una tormenta, es grato aspirar la frescura de las hierbas después de cesar la lluvia y es placentero mirar las gotas de agua cuando relucen como diamante purísimo a la luz del sol. Es esa la posición de un cristiano. Peregrina por una tierra en la que la tormenta se descargó sobre la cabeza de su Salvador, y si aun caen algunas gotas de aflicción, esas gotas proceden de las nubes de la misericordia, y Jesús lo conforta con la seguridad de que ellas no son para su destrucción. Pero, cuán terrible es presenciar el espantoso avance de un huracán –como ocurre algunas veces en los trópicos- y aguardar en terrible temor hasta que el viento se precipita con furia desarraigando árboles, derribando las rocas de sus pedestales y tirando abajo toda habitación. Y sin embargo, pecador, esta es tu posición presente. Todavía no cayó ninguna gota caliente, pero una verdadera lluvia de fuego se acerca. Ningún viento furioso sopla aun en derredor nuestro, pero hay una tempestad divina que está reuniendo toda su espantosa artillería. Las aguas inundantes están hasta ahora retenidas por la misericordia, pero pronto serán sueltas. Los rayos de Dios aun están en sus depósitos, pero, ¡ay!, la tempestad se avecina y ¡cuán espantoso será aquel momento cuando Dios, vestido de venganza, marchará con furor! ¿Dónde, dónde, dónde, oh pecador, esconderás tu cabeza o adónde huirás? ¡Oh que la mano de la misericordia te guíe ahora a Cristo! En el Evangelio, Cristo se te presenta gratuitamente. Su costado herido es la roca de protección. Tú sabes que necesitas de él. Cree en él, apóyate en él, y entonces la furia pasará para siempre a otro lado.

LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

martes, 24 de febrero de 2015

3 RAZONES POR LAS QUE JESÚS ORABA - Pr. Gerson Morey

No en vano Jesús le preguntó a sus discípulos con ánimo inquisidor: “  vosotros, ¿quién decís que soy yo? (S. Mateo 16:15). LEER ARTÍCULO COMPLETO...

Elige el plan de Dios - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 24

“Y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”.

AQUÍ hay una misericordia soberana: “Yo haré descender la lluvia en su tiempo”. ¿No es esta una misericordia soberana y divina? Pues, ¿quién puede decir “haré descender la lluvia” sino sólo Dios? Hay una sola voz que puede hablar a las nubes y ordenarles que den lluvia. ¿Quién envía sobre la tierra la lluvia? ¿Quién la esparce sobre la hierba? ¿No soy yo, dice el Señor? De modo que la gracia es don de Dios, y, por lo tanto, no tiene que ser creada por el hombre. Además es ésta una gracia que necesitamos. ¿Qué haría la tierra sin la lluvia? Puedes arar, sembrar tu simiente, pero ¿qué puedes hacer sin la lluvia? De la misma manera nos es absolutamente necesaria la bendición divina. Hasta que Dios no te conceda la lluvia abundante y te envíe la salvación trabajas en vano. Además esa gracia es abundante. “Haré descender la lluvia”. No dice: “Les enviaré gotas”, sino “lluvias”. Así pasa con la gracia. Si Dios da una bendición, la da por lo regular en tal medida que no hay suficiente sitio para recibirla. ¡Gracia abundante! Nosotros necesitamos gracia abundante para conservarnos humildes, para ser afectos a la oración y para ser santos: tenemos necesidad de gracia abundante para ser celosos, para preservarnos del mal en el curso de esta vida y, por fin, para ser llevados al cielo. No podemos estar sin ser empapados con las lluvias de la gracia. Esta gracia es también una gracia oportuna. “Haré descender la lluvia en su tiempo. ¿Qué tiempo es el de esta mañana para ti? ¿Es el de la seca? Entonces este es el tiempo para las lluvias. “Como tus días será tu fortaleza”. Hay, por fin, aquí una bendición variada: “Lluvias de bendición serán”. La palabra está en plural. Dios enviará toda clase de bendiciones. Todas las bendiciones de Dios van juntas como los eslabones de una cadena de oro. Si él da la gracia que convierte, dará también la gracia que consuela. El enviará “lluvias de bendiciones”. Mira hoy arriba, oh planta mustia, y abre tus hojas y tus flores para recibir una lluvia celestial.

LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

lunes, 23 de febrero de 2015

Esperanza para el futuro - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 23

“No te dejaré”. Hebreos 13:5.

NINGUNA promesa es de particular interpretación. Cualquier cosa que Dios haya dicho a algunos de sus santos la dice a todos. Cuando abre una fuente para uno, lo hace para que beban otros. Cuando abre la puerta de algún granero para dar alimento, aunque la causa de ese acto sea un solo hambriento, todos los creyentes sin distinción pueden venir y alimentarse. Aunque originalmente Dios haya dado la palabra de promesa a Abraham o a Moisés, ahora te la da también a ti, como componente de la simiente del pacto. No hay bendición que sea demasiado elevada para ti, ni merced que sea demasiado grande. Levanta ahora tus ojos, mira al Norte y al Sud, al Este y al Oeste, porque todo es tuyo. Sube a la cumbre del Pisga y mira el último límite de la promesa divina, porque la tierra es toda tuya. No hay un arroyo de aguas vivas del cual no puedas beber. Si la tierra fluye leche y miel, come la miel y bebe la leche, porque ambas cosas son tuyas. Sé osado para creer, pues él ha dicho: “No te desampararé ni te dejaré”. En esta promesa Dios da a su pueblo todas las cosas. “Yo no te dejaré”. Ningún atributo de Dios dejará de ser empleado para nuestro bien. ¿Dios es poderoso? Entonces manifestará su poder en bien de los que en él confían. ¿Es amor? Entonces con amor desinteresado tendrá misericordia de nosotros. Cualquier atributo que forme parte del carácter de la deidad, será empleado en tu favor. En resumen: No hay nada que puedas desear, no hay nada que puedas solicitar; nada que haya en este mundo o en el venidero; nada que haya en el momento presente ni en la mañana de la resurrección, y, por fin, nada que haya en el cielo, que no esté contenido en este texto. “No te desampararé ni te dejaré”.

LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

domingo, 22 de febrero de 2015

FEBRERO 22

"Y su arco quedó en fortaleza y los brazos de sus manos se corroboraron por las manos del Fuerte de Jacob". Génesis 49:24.

LA fortaleza que Dios da a sus Josés es una fortaleza real. No es una fortaleza jactanciosa, una ficción, una cosa de la que los hombres hablan pero que termina en humo. Es más bien una fortaleza verdadera y divina. ¿Por qué José resistió a la tentación? Porque Dios lo ayudó. No hay nada que podamos hacer sin el poder de Dios. Toda fortaleza verdadera viene del "Fuerte de Jacob". Aquí se representa a Dios como si pusiera sus manos sobre las manos de José y colocara sus brazos sobre los brazos del mismo José. Como un padre enseña a sus hijos, así el Señor enseña a los que le temen. El pone sus brazos sobre ellos. ¡Maravillosa condescendencia! El Dios todopoderoso, eterno y omnipotente se inclina desde un trono y pone su mano sobre la mano del hijo, extendiendo su brazo sobre el brazo de José, para que pueda ser fuerte. Esta fortaleza era además una fortaleza del pacto, pues se atribuye al "Fuerte de Jacob". Ahora bien, en cualquier lugar de la Biblia donde leas acerca del Dios de Jacob, tienes que recordar el pacto que Dios hizo con él. Todo el poder, toda la gracia, todas las bendiciones, todas las mercedes, todos los consuelos, todas las cosas que tenemos, proceden para nosotros del gran manantial y por medio del pacto. Si no hubiera pacto tendríamos que perecer indefectiblemente, pues todas la bendiciones proceden de él como la luz y el calor vienen del sol. Ningún ángel asciende o desciende por otra parte que no sea la escala que vió Jacob, en cuya cabeza está colocado un pacto de Dios. Cristiano, puede ser que los arqueros te hayan atormentado seriamente y te hayan tirado y herido, pero tu arco aun queda en fortaleza. Atribuye, pues a Dios sin dudar, toda la gloria.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

sábado, 21 de febrero de 2015

John Piper - Cuando no deseo a Dios, Parte 5 [Subtitulado español]

John Piper - Cuando no deseo a Dios, Parte 4 [Subtitulado español]

John Piper - Cuando no deseo a Dios, Parte 3 [Subtitulado español]

John Piper - Cuando no deseo a Dios, Parte 2 [Subtitulado español]

John Piper - Cuando no deseo a Dios, Parte 1 [Subtitulado español]

FEBRERO 21

"Él dijo". Hebreos 13:5.

SI por fe podemos posesionarnos de estas solas palabras, tendremos en nuestras manos un arma que todo lo conquista. ¿Cuál es la duda que no morirá ante esta espada de dos filos? ¿Cuál es el temor que no caerá herido con herida mortal ante esta flecha del arco del pacto de Dios? Las penas de la vida y las ansias de la muerte, las corrupciones internas y las trampas externas, las pruebas de arriba y las tentaciones de abajo, ¿no aparecen como leves aflicciones cuando nos escondemos bajo el baluarte de "Él dijo"? Sí, ya sea para deleite en nuestra tranquilidad, o para fortaleza en nuestra aflicción, "Él dijo" tiene que ser nuestro diario recurso. Esto nos enseña cuánto vale escudriñar las Escrituras. Puede haber en la Palabra una promesa que se adapte exactamente a tu caso, pero tú no la conoces y por lo tanto careces del consuelo que te puede comunicar. Eres como los prisioneros que están encerrados en un calabozo. Puede haber en el manojo de llaves que está a su alcance, una llave que podría abrir la puerta y, al abrirla, quedarías en libertad. Pero si no la buscas, permanecerás para siempre en la prisión, aunque la libertad esté en tus mismas manos. Puede haber en la gran farmacopea de la Escritura una poderosa medicina que cure tu mal, pero si no examinas y no escudriñas las Escrituras para descubrir lo que "Él dijo", seguirás enfermo. Además de leer la Biblia, tendrías también que enriquecer tu memoria poniendo en ella las promesas de Dios. Puedes recordar muchos dichos de grandes hombres, aprendes de memoria los versos de renombrados poetas, ¿no debes, por lo tanto, tener un conocimiento profundo de las palabras de Dios, de suerte que las puedas citar en seguida cuando desees resolver una dificultad o matar una duda? Ya que "Él dijo" es la fuente de toda sabiduría y de todo consuelo, haz que permanezca en ti ricamente como "una fuente de agua que salta para vida eterna". En esa forma crecerás sano, fuerte y feliz en la vida espiritual.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

viernes, 20 de febrero de 2015

ERRORES MEDIEVALES - Sinclair Ferguson

Aunque provocado por las indulgencias ofrecidas por Johannes Tetzel, la primera proposición que Lutero ofreció para su debate público en sus Noventa y Cinco Tesis puso el hacha en la raíz del árbol de la teología medieval: “Cuando nuestro Señor y Maestro, Jesucristo, dijo ‘Arrepentíos,’ él quiso decir que la totalidad de la vida de los creyentes debiese ser de arrepentimiento.” Por el Nuevo Testamento Griego de Erasmo, Lutero llegó a darse cuenta que la traducción de la Vulgata de Mateo 4:17 de la frase penitentiam agite (“haced penitencia”) malinterpretaba totalmente el significado de Jesús. El evangelio requería no un acto de penitencia sino un cambio radical de mentalidad y una transformación igualmente profunda de la vida. Más tarde le escribiría a Staupitz sobre este maravilloso descubrimiento: “¡Me aventuro a decir que están equivocados aquellos que hacen más énfasis en el acto en Latín que el cambio de corazón en Griego!”
¿No es verdad que hemos perdido de vista esta nota que fue tan prominente en la teología de la Reforma? Haríamos bien hoy si contáramos con un Lutero redivivo. Por un número de razones importantes los evangélicos necesitan reconsiderar la centralidad del arrepentimiento en nuestro pensamiento con respecto al evangelio, la iglesia y la vida Cristiana. Continuar leyendo...

Fuente: Contra Mundum

GRACIA ABUNDANTE SOBRE ABUNDANTE PECADO - Charles H. Spurgeon

"Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia." - Romanos 5: 20.

Cuando tú has oído los Diez Mandamientos, cuando conoces la ley del reino, cuando la voluntad de tu Hacedor es puesta claramente ante ti, entonces, transgredir es transgredir con un orgullo que no admitirá ninguna excusa.

Nuevamente, la entrada de la ley hace que la ofensa abunde en este sentido, que la voluntad rebelde del hombre se alza en oposición a esa ley. Porque Dios lo ordena, el hombre lo rechaza; y porque Él prohíbe, el hombre desea. Hay algunos hombres que podrían no haber pecado en una dirección particular si el mandamiento no lo hubiera ordenado. La luz de la ley, en vez de ser una advertencia para ellos para evitar el mal, parece señalarles el camino en el que pueden ofender mayormente.
¡Oh, cuán profunda es la depravación de la naturaleza humana! La propia ley la provoca a rebelarse. Los hombres anhelan entrar, porque se advierte a quienes traspasan lo límites que se mantengan lejos. Sus mentes son tan antagonistas de Dios, que se deleitan en eso que está prohibido, no tanto porque encuentren algún placer particular en la cosa misma, sino porque demuestra su independencia y su libertad de los límites impuestos por Dios.
Esta viciosa obstinación está en todos nosotros por naturaleza; pues los designios de la carne son enemistad contra Dios; y por tanto la ley, aunque en sí misma santa y justa y buena, nos provoca al mal. Nosotros somos como cal, y la ley es como agua fría, que es en sí misma de una naturaleza refrescante; sin embargo, tan pronto como el agua de la ley alcanza la cal de nuestra naturaleza, se genera un calor de pecado: así, "la ley se introdujo para que el pecado abundase."
Entonces, ¿por qué envió Dios la ley? Continuar leyendo...

Fuente: Charles H. Spurgeon http://www.spurgeon.com.mx/ - Allan Román

El Dios de vida - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 20

"Dios, que consuela a los humildes". 2 Corintios 7:6.

¿Y quién consuela como él? Ve a algún melancólico y angustiado hijo de Dios; comunícale dulces promesas y pon en sus oídos selectas palabras de consuelo; él será ante ellas como una serpiente sorda que no responde a la voz del encantador, aunque éste trate de encantarla más sutilmente que nunca. El está bebiendo ajenjo y hiel. Trata de consolarlo como quieras, lo único que conseguirás será una o dos notas de lastimera resignación. No lograrás sacar de él ningún salmo de alabanza, ninguna aleluya y ningún soneto de gozo. Pero deja que se le acerque Dios y le levante el rostro, y entonces los ojos del afligido brillarán de esperanza. ¿No lo oyes cantar?: "Si tú estás aquí esto es un paraíso; si te vas, es un infierno". Tú no pudiste algrarlo, pero el Señor lo ha hecho. "El es el Dios de toda consolación". No hay bálsamo en Galaad, pero sí lo hay en Dios. No hay médico entre las criaturas, pero el Creador es Jehová-rapha'. ¡Es maravilloso ver cómo una palabra de Dios hace cantar al cristiano! Una palabra de Dios es igual a un pedazo de oro; el cristiano es el batidor de ese oro, y puede machacar esa palabra de promesa por semanas enteras. Siendo así, pobre cristiano, no necesitas echarte a la desesperación. Ve al Consolador y pídele que te dé consolación. Tú eres un pobre pozo seco. Has oído decir que cuando una bomba se seca, debes, ante todo, echarle agua, y entonces ella a su vez te dará agua. Y así, cristiano, cuando estés seco, ve a Dios, pídele que derrame en tu corazón abundante gozo, y entonces tu gozo será cumplido. No vayas a los amigos terrenales, porque, después de todo, hallarás en ellos a los consoladores de Job; pero ve primero y ante todo a tu "Dios, que consuela a los humildes", y pronto dirás: "En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegran mi alma".

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

jueves, 19 de febrero de 2015

¿Quién ha estado orando? - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 19

"Así ha dicho el Señor Jehová: Aun seré solicitado de la casa de Israel". Ezequiel 36:37.

LA oración es la precursora de la compasión. Vuelve a la Sagrada Historia y hallarás que apenas vino alguna vez alguna gran bendición a este mundo que no haya sido anunciada por la súplica. Tú mismo en tu propia experiencia has hallado esta verdad. Dios te ha dado muchos favores que no has solicitado, pero sin embargo la oración ferviente ha sido siempre para ti el preludio de una gran bendición. Cuando al principio hallaste paz por la sangre de la cruz, hacía tiempo que estabas orando e intercediendo fervorosamente ante Dios para que removiese tus dudas y para que te librase de tus penas. Tu confianza fue el resultado de la oración. Cuando has experimentado goces sublimes y desbordantes, te has visto obligado a considerarlos como resultado de tus oraciones. Cuando has sido librado de terribles pruebas y has contado, en tus calamidades, con alguna ayuda poderosa, has podido decir: "Busqué al Señor y él me oyó, y libróme de todos mis temores". La oración siempre es el preludio de alguna bendición. La oración va delante de la bendición como si fuese una sombra que ella proyecta. Cuando el sol de la misericordia de Dios se eleva sobre nuestras necesidades proyecta sobre el campo la sombra de la oración. O, para usar otra ilustración: cuando Dios levanta una montaña de bendiciones, él mismo alumbra detrás de esas bendiciones y proyecta sobre nuestros espíritus la sombra de la oración, de manera que podemos estar seguros (si es que oramos mucho) que nuestras súplicas constituyen las sombras de la bendición que pedimos. De esta manera la oración se conecta con la bendición pedida, para mostrarnos el valor de la misma. Si obtuviésemos las bendiciones sin pedirlas, las consideraríamos cosas comunes, pero las oraciones hacen que nuestras bendiciones sean más preciosas que el diamante. Las cosas que pedimos son preciosas, pero no nos damos cuenta de eso hasta que las hayamos buscado ardientemente.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Buscando en todos lados - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 18

"Hazme entender por qué pleiteas conmigo". Job 10:2.

QUIZÁS, oh alma probada, el Señor está haciendo esto para desarrollar tus dones. Algunos de tus dones nunca se descubrirían si no fuese por las pruebas. ¿No sabes que tu fe nunca aparece tan grande en la estación estival como en la invernal? El amor es frecuentemente igual a una luciérnaga: si no está en medio de tinieblas presenta muy poca luz. La esperanza es semejante a una estrella: no se ve ante el sol de la prosperidad, pero se revela en la noche de la adversidad. Las aflicciones constituyen a menudo el obscuro joyero en el que Dios coloca las alhajas espirituales de sus hijos, con el fin de que brillen mejor. Hace apenas unos momentos que, estando sobre tus rodillas, decías: "Señor, temo no tener fe; permíteme saber que realmente la tengo". ¿No estabas con esto pidiendo pruebas? Porque ¿cómo puedes saber que tienes fe, si esa fe no es ejercitada? Ten esto por cierto: Dios a menudo nos envía pruebas para manifestar nuestros dones y para que nos cercioremos de la excelencia de los mismos. Además, las pruebas nos traen un real crecimiento en la gracia. Dios frecuentemente quita nuestras comodidades y nuestros privilegios con el fin de hacernos mejores cristianos. El no ejercita a sus soldados en las carpas de la tranquilidad y de la lujuria, sino los saca de allí y los ejercita con marchas forzadas y duros trabajos. Les hace vadear arroyos, nadar por ríos, trepar montañas y andar muchas y largas millas con pesadas mochilas de aflicción puestas sobre sus espaldas. Bien, cristiano, ¿no explica esto las aflicciones por las que estás pasando? ¿No está Dios sacando a luz tus dones y haciéndolos crecer? ¿No es precisamente con ese fin que el Señor está contendiendo contigo? "La pruebas hacen que las promesas nos sean agradables; las pruebas dan nueva vida a la oración; las pruebas me llevan a los pies de Cristo, me humilan y me guardan allí".

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

martes, 17 de febrero de 2015

17 de febrero - QUE NO SEA ASÍ

Él respondió: Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento. Lucas16:27-28.

En mi imaginación, oro para que sólo sea en mi imaginación, veo que algunos de ustedes mueren sin ser salvos; y los veo pasar al otro mundo no perdonados, y por primera vez su alma se percata de cuál fue la experiencia del hombre rico de quien el Salvador dijo: «En el infierno levantó los ojos», como si antes hubiera estado dormido y acabara de despertarse a su verdadera condición. «Levantó los ojos» y miró a su alrededor pero no podía ver nada, excepto aquello que le causaba abatimiento y horror; no había huellas de gozo ni esperanza, ninguna pista de alivio o paz. Entonces, en medio de la tristeza terrible llegó el sonido de preguntas como: «¿Dónde estás pecador? Hace una semana estabas en una casa de oración y el predicar te instó a que buscaras al Señor pero tú lo dejaste para después. ¿Dónde estás ahora? Dijiste que no existía un lugar como el infierno y, ¿qué dices ahora? ¿Dónde estás? Despreciaste al cielo y rechazaste a Jesús, ¿dónde estás ahora?» ¡Que el Señor en su misericordia nos libre a todos de eso!

A través de la Biblia en un año: Lucas 5-6

Fuente: Charles H. Spurgeon - Tomado del libro "A los pies del Maestro" - Compilado por Audie G. Lewis

No es un lugar para niños - Nancy Leigh DeMoss

FEBRERO 17

"Y habitó Isaac junto al pozo del Viviente que me ve". Génesis 25:11.

ALLÍ Agar fue librada una vez de su prueba, e Ismael bebió de las aguas que tan benignamente le mostró el Dios que vive y que ve a los hijos de los hombres. Pero esta era meramente una visita casual, como las que hacen los mundanos al Señor en tiempo de necesidad y para su propio provecho. Claman a él en la aflicción pero lo olvidan en la prosperidad. Isaac, en cambio, habitó allí, y el pozo del Dios que vive y que todo lo ve, fue su constante fuente de provisión. El tenor habitual de la vida del hombre y el lugar donde su alma constantemente habita, constituyen la verdadera piedra de toque de su estado espiritual. La gracia providencial experimentada por Agar impresionó la mente de Isaac y lo condujo a reverenciar aquel lugar. Su nombre místico ganó su cariño. Las frecuentes meditaciones que Isaac tuvo sobre el borde de este pozo, a la hora de la tarde, hicieron que él se familiarizara con este lugar.
El encuentro que en ese lugar había tenido con Rebeca hizo que su espíritu se sintiese cómodo allí. Pero fue especialmente el hecho de haber gozado allí de íntima comunión con el Dios viviente lo que hizo que Isaac eligiese ese lugar santificado como habitación suya. Aprendamos a vivir en la presencia del Dios vivo. Oremos para que en este día y en todos los días podamos experimentar esta verdad: "Tú eres el Dios de la Vista". Que el Señor sea para nosotros como un pozo delicioso, confortante, seguro, que salte para vida eterna. Las botellas de las criaturas se rompen y se secan, pero el pozo del Creador nunca falla. ¡Feliz es el que habita junto al pozo y así tiene a mano abundantes y continuas provisiones! El Señor ha sido a otros un constante ayudador; su nombre es Shaddai, Dios todopoderoso. Nuestros corazones han tenido frecuentemente muy deliciosas relaciones con él. Por intermedio del Padre nuestras almas hallaron al glorioso esposo, el Señor Jesús. Permanezcamos, pues, en estrecha comunión con él.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

lunes, 16 de febrero de 2015

UN EVANGÉLICO EN EL VATICANO - Pr. José Mercado

Recientemente, el cantante evangélico Alex Campos aceptó una invitación para participar en un concierto denominado “Siendo uno en Jesús” en el Vaticano, participando junto a otros artistas, incluyendo católicos, y contando entre la audiencia al Papa mismo. Esto ha causado gran controversia en la comunidad evangélica, que se debate en si es correcto o no para un ministro evangélico participar de una actividad de esta índole... LEER ARTÍCULO COMPLETO.

Cuando él no responde - Nancy Leigh DeMoss - Dr. Emerson Eggerichs

FEBRERO 16

"He aprendido a contentarme con lo que tengo". Filipenses 4:11.

ESTAS palabras nos demuestran que el contentamiento no es, en el hombre, una inclinación natural. "La mala hierba crece pronto". La codicia, el descontento y la murmuración son en el hombre tan naturales como lo son las espinas en el campo. No necesitamos sembrar espinas y cardos; crecen solos en buena cantidad, pues la tierra los produce en todas partes. No necesitamos enseñar a los hombres a que se lamenten; ya se lamentan bastante sin enseñanza alguna. Pero las cosas preciosas de la tierra tienen que ser cultivadas. Si queremos trigo, tenemos que arar y sembrarlo. Si queremos flores tenemos que tener un jardín y contar con los cuidados de un jardinero. Ahora bien, el contentamiento es una de las flores del cielo, y si queremos tenerlo, tenemos que cultivarlo; no crecerá en nosotros por sí solo. Sólo la nueva naturaleza puede producirlo, y aun entonces tenemos que mostrarnos muy cuidadosos y vigilantes en mantener y cultivar la gracia que Dios haya sembrado en nosotros. Pablo dice: "Yo he aprendido... a contentarme", por lo que nos da a entender que hubo un tiempo cuando no lo sabía. Sin duda le costó bastante alcanzar a comprender el misterio de esta gran verdad. Quizás a veces pensaba que lo había aprendido, pero luego cayó otra vez. Cuando al fin lo alcanzó, pudo decir: "He aprendido a contentarme con lo que tengo". En ese entonces ya era anciano, hombre canoso; estaba al borde de la sepultura, estaba pasando en Roma, en la cárcel de Nerón, sus últimos días terrenales. Si podemos alcanzar la graduación espiritual de Pablo, muy bien podremos soportar las enfermedades de Pablo y participar con él de la fría cárcel. Creyente, no des lugar a la idea de que puedes estar contento sin aprender, y aprender sin disciplina. No es ésta una virtud que se puede ejercer por naturaleza; debemos aprenderla gradualmente como una ciencia. Sabemos esto por experiencia. Hermano, detén esa murmuración, aun cuando es natural, y prosigue como diligente alumno en la escuela del contentamiento.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

domingo, 15 de febrero de 2015

FEBRERO 15

"A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad". 2 Pedro 3:18.

LOS cielos serán colmados con las incesantes alabanzas de Jesús. ¡Eternidad!, tus incontables años apresurarán su curso eterno, pero por los siglos de los siglos "a él sea gloria". ¿No es Jesús sacerdote eterno según el orden de Melquisedec? "A él sea gloria". ¿No es él rey eterno, Rey de reyes y Señor de los señores, Padre eterno? "A él sea gloria hasta el día de la eternidad". Nunca cesarán sus alabanzas. Lo que fue comprado con sangre merece durar el tiempo que dura la eternidad. La gloria de la cruz nunca debe ser eclipsada. El brillo de la tumba y de la resurrección nunca tienen que ser empañados. ¡Oh Jesús!, tú serás alabado siempre. Tanto como viven los espíritus inmortales, tanto como perdura el trono de Dios, por siempre y para siempre a él sea gloria. Creyente, cuando tributas gloria a Jesús, estás anticipando el tiempo cuando te reunirás con los santos en el cielo. Pero, ¿lo estás glorificando ahora? Las palabras del apóstol son éstas: "A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad". ¿No deseas hacer tuya hoy esta oración?: "Señor, ayúdame a glorificarte. Soy pobre, ayúdame a glorificarte conformándome con lo que tengo; estoy enfermo, ayúdame a honrarte por medio de la paciencia; tengo talentos, ayúdame a ensalzarte usándolos para ti; dispongo de tiempo, ayúdame, Señor, a redimirlo a fin de que pueda servirte; tengo un corazón para sentir, permite, Señor, que este corazón no sienta otro amor que el tuyo y no se inflame con otra llama que la del amor a ti; tengo una mente para pensar, ayúdame, Señor, a pensar en ti y por ti. Tú me has puesto en este mundo con un propósito, muéstrame, Señor, cuál es ese propósito y ayúdame a cumplirlo. Yo no puedo hacer mucho, pero como la viuda puso las dos blancas, que constituían todo su haber, así Señor, yo pongo mi tiempo y eternidad en tu tesorería. Soy todo tuyo; tómame y capacítame para glorificarte ahora en todo lo que digo, hago y tengo".

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

sábado, 14 de febrero de 2015

EL VICIO DE LA CRÍTICA - Pr. Salvador Dellutri

HUMILDAD, EL MENSAJE DE MIQUEAS PARA HOY - Charles H. Spurgeon

FEBRERO 14

"Y fuéle diariamente dada su comida de parte del rey de continuo, todos los días de su vida". 2 Reyes 25:30.


JOAQUÍN no fue sacado del palacio real con un depósito de alimentos que le durase por algunos meses, sino le fue dada una provisión diaria. Joaquín representa en esto la feliz posición de todo el pueblo de Dios. Una porción diaria es todo lo que realmente necesita un hombre. No necesitamos provisiones para mañana; ese día no ha llegado aún y sus necesidades no existen todavía. La sed que tendremos en junio no necesita ser satisfecha en febrero, pues aún no la sentimos. Si a medida que van llegando los días, tenemos lo suficiente para cada día, nunca sabremos lo que necesidad. Lo que baste para el día, es todo lo que podemos disfrutar. No podemos comer y beber o vestir más que la provisión de alimento o vestido que necesitamos para el día. El sobrante nos deja la inquietud de almacenarlo y la ansiedad de estar en guardia contra el ladrón. Un báculo ayuda al viajero, pero un atado de báculos es una pesada carga. Lo suficiente no sólo es tan bueno como una fiesta, sino que es todo lo que aún el glotón puede en realidad disfrutar. Esto es todo lo que debemos esperar; ansiar más que esto es desagradable. Cuando nuestro Padre no nos da más, debemos estar satisfechos con la porción cotidiana. El caso de Joaquín es el nuestro; tenemos una porción segura, una porción que nos es dada de parte del rey, una porción de gracia, una porción perpetua. Hay aquí una base segura para el agradecimiento.
Amado lector cristiano, necesitas también en cuanto a la gracia de Dios, una porción diaria. Tú no tienes un depósito de fuerzas. Debes procurar conseguir día tras día fuerzas de lo Alto. Puedes estar seguro de que te será dada una porción cada día. Por la lectura de la Palabra, por la instrumentalidad del pastor, por la meditación, por la oración y por la confianza en Dios, recibirás renovadas fuerzas. En Jesús están guardadas para ti todas las cosas que necesitas. Entonces, disfruta de tu continua ración. Mientras el pan de la gracia esté sobre la mesa de la misericordia, nunca te vayas con hambre.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

viernes, 13 de febrero de 2015

¿Por qué no llega el avivamiento? - Leonard Ravenhill


[...] "A Satanás no le importa, creo yo, que avancemos hasta en conocimiento de la Biblia, con tal de que nos abstengamos de orar, lo cual es el cumplimiento de la instrucción que recibimos por el estudio de la Palabra. ¿De qué sirve mayor conocimiento si tenemos corazones más ruines? ¿Qué vale tener más aprecio de los hombres si nos falta el de Dios? ¿Qué importa la higiene física si tenemos la mente sucia? ¿De qué vale la piedad externa si tenemos carnalidad en el alma? ¿Qué importancia tiene la fortaleza física si padecemos flaqueza espiritual? ¿De qué sirve la riqueza si tenemos pobreza espiritual? ¿Quién puede complacerse en la popularidad humana si es desconocido en las regiones del espíritu? La oración es el remedio para toda esta clase de paradojas.
El alma que quiere librarse de la falta de espiritualidad de nuestro tiempo necesita hacerse una mente celestial mediante un andar más cerca de Dios. El aspirante a la riqueza espiritual y a ser oído por Dios conocerá mucha soledad de parte de los hombres y «comerá el pan de aflicción». Puede que no sufra mucha oposición familiar o puede que la sufra. Pero lo que sufrirá, de seguro, es muchos conflictos de alma, soledad y apartamiento de sus mejores amigos que le conceptuarán de persona rara".

El ciclo energizante - Nancy Leigh DeMoss - Dr. Emerson Eggerichs

FEBRERO 13

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoce a él. Amados, ahora somos hijos de Dios". 1 Juan 3:1-2.

"MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre". Si consideramos lo que hemos sido y lo que todavía somos cuando la corrupción muestra en nosotros su funesto poder, nos admiraremos de que Dios nos haya adoptado como hijos. Sin embargo, ésa es la verdad, pues el pasaje dice que somos llamados hijos de Dios. ¡Qué sublime relación es la de un hijo y qué privilegio entraña! ¡Qué cuidado y qué cariño el hijo espera de su padre y qué amor el padre siente para con su hijo! Pero nosotros, por medio de Cristo, tenemos todo eso y mucho más. En cuanto a los momentáneos sufrimientos que compartimos con nuestro Hermano Mayor, los aceptamos como un honor. "El mundo no nos conoce porque no lo conoce a él". Nos alegramos de ser, juntamente con Jesús, desconocidos en su humillación, pues sabemos que juntamente con él habremos de ser exaltados.
"Amados, ahora somos hijos de Dios". Es fácil leer esto, pero no es fácil sentirlo. ¿Cómo se halla tu corazón esta mañana? ¿Se halla en la profundidad de la aflicción? ¿La corrupción se levanta dentro de tu espíritu y la gracia se asemeja a una pobre chispa pisoteada bajo los pies? No temas; tú no tienes que vivir de tus dones ni de tus sentimientos; sólo debes vivir por fe en Cristo. Aunque todo nos sea contrario, aunque estemos en la profundidad de la aflicción, ya estemos en la montaña o en el valle, el pasaje dice que "ahora somos hijos de Dios". "Pero -dices tú- yo no estoy bien ataviado, mis dones no se destacan y mi justicia no brilla esplendorosamente". Hermano, lee otra vez el texto: "Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él apareciere seremos como él es". El Espíritu Santo purificará nuestras mentes y el poder divino perfeccionará nuestros cuerpos, y entonces lo veremos como él es.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.

jueves, 12 de febrero de 2015

El ciclo de la locura - Nancy Leigh DeMoss - Dr. Emerson Eggerichs

FEBRERO 12

"Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda por el mismo Cristo nuestra consolación". 2 Corintios 1:5.


HAY aquí una bendita proporción.
El gobernador de Providencia lleva una balanza. En un platillo pone las pruebas de su pueblo y en el otro sus consolaciones. Cuando el platillo de las pruebas está casi vacío, el de la consolación se halla casi en el mismo estado. Y cuando el platillo de la prueba está lleno, el de la consolación se halla en la misma condición.
Cuando se amontonan las negras nubes, es cuando más claramente se nos revela la luz. Cuando llega la noche y se acerca la tormenta, el Capitán Celestial está más cerca de la tripulación. ¡Verdad bendita ésta, que cuando estamos más abatidos es cuando nos sentimos más aliviados por las consolaciones del Espíritu! Una de las razones de esto estriba en que las pruebas hacen más lugar para la consolación. Los grandes corazones sólo se hacen en las grandes pruebas. La azada de la aflicción ahonda el pozo del consuelo y hace un lugar más espacioso para la consolación. Dios viene a nuestro corazón y lo halla lleno. Rompe nuestras comodidades y lo vacía; entonces hay más lugar para la gracia. Cuanto más humillado esté un hombre, tanto más consuelo tendrá, pues estará en mejores condiciones para recibirlo. Otra razón porque somos más felices en nuestras pruebas es ésta: Tenemos entonces una comunión más íntima con Dios. Cuando el granero está lleno, el hombre puede vivir sin Dios; cuando el bolsillo rebosa de oro, estamos tentados a pasar la vida sin mucha oración. Pero cuando se secan nuestras calabazas, entonces sentimos necesidad de nuestro Dios; cuando los ídolos de nuestra casa son quitados, entonces nos sentimos constreñidos a adorar a nuestro Dios. No hay mejor clamor que el que viene de las partes bajas de las montañas, y no hay oración que tenga ni la mitad del fervor que tiene la que sale de las profundidades del alma, a través de intensas pruebas y aflicciones.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.