Versículo para hoy:

jueves, 8 de diciembre de 2016


Lejos del pecado - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 8

“Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre”. Salmo 68:10.

TODAS las dádivas de Dios son dádivas preparadas, guardadas en depósito para necesidades previstas. Dios anticipa nuestras necesidades y, de la abundancia que tiene atesorada en Cristo Jesús, provee al pobre movido por su bondad. Puedes confiar en él en cualquier necesidad que se presente, pues él ha conocido de antemano, con exactitud, cada una de ellas. Dios puede decir de nosotros en cualquier circunstancia: “Yo sabía que iba a acontecer esto o aquello”. Uno viaja a través del desierto y, cuando ha viajado un día y plantado su carpa, descubre que carece de muchas comodidades y cosas necesarias que no trajo en su equipaje. “¡Ah!”, dice el tal, “no preví esto; si tuviese que hacer otra vez este viaje, traería estas cosas que me son tan necesarias”. En cambio, Dios ha visto con los ojos de su presencia todas las necesidades de sus pobres y errantes hijos y, cuando esas necesidades se presentan, ya tiene listas las provisiones. Es por bondad que Dios ha provisto al pobre corazón; sí, por bondad y sólo por bondad. “Bástate mi gracia”. “Y como tus días, tu fortaleza”. Lector, ¿está triste tu corazón esta noche? Dios sabía que había de estarlo, y por eso ha atesorado el consuelo que necesita en la hermosa seguridad del texto. Tú eres pobre y necesitado, pero Dios ha pensado en ti y tiene, en depósito, la bendición que tú precisamente necesitas. Reclama la promesa; créela y obtén su cumplimiento. ¿Tienes la impresión de que nunca fuiste tan conscientemente vil como lo eres ahora? He aquí, la fuente carmesí aún está abierta y posee todas las antiguas virtudes para lavar tus pecados. Nunca te hallarás en una situación tan desesperante que Cristo no te pueda ayudar. Nunca tus asuntos espirituales se hallarán en un aprieto tal que Cristo no pueda hacer frente a la emergencia, pues toda tu historia ha sido conocida de antemano y todas sus necesidades han sido suplidas en Jesús.

Charles Haddon Spurgeon.