Versículo para hoy:

lunes, 20 de marzo de 2023

Un descanso para cualquier inquietud - Scott Hubbard

Si pudieras capturar en una palabra lo que se siente vivir como un humano caído, lejos del Edén, ¿qué podrías decir? Triste, tal vez, o rotoFrustranteOscuro. No hay...


MARZO 20 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Mi amado". Cantares 2.8

Este es un nombre precioso que la Iglesia antigua solía dar, en sus momentos más gozosos, al Ungido del Señor.
Cuando el tiempo de la canción de los pájaros había llegado y en el país de la amada se oyó la voz de la tórtola, su nota amorosa fue más dulce que la de todas las aves, mientras cantaba: "Mi amado es mío y yo soy suya; él apacienta entre lirios".

En su Cantar de cantares siempre lo llama por este delicioso nombre "Mi amado". Aun en el largo invierno, cuando la idolatría había marchitado el jardín del Señor, sus profetas hallaron oportunidad para poner a un lado la carga de Dios por un poco de tiempo y decir como Isaías: "Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi Amado a su Viña". Aunque los santos nunca habían visto su rostro, aunque todavía no había sido hecho carne, ni había habitado entre nosotros, ni el hombre había contemplado su gloria, sin embargo era Él la consolación de Israel, la esperanza y el gozo de todos los escogidos, el Amado de todos los que son justos delante del Altísimo. 

Nosotros, encaminados hacia el verano  de la Iglesia, solemos también hablar de Cristo como el muy amado de nuestra alma, y sentir que Él es muy precioso, "señalado entre diez mil, todo Él codiciable".

Tan cierto es que la Iglesia ama a Jesús y lo reclama como su Amado, que el apóstol se atreve a desafiar a todo el mundo a que separe a la Iglesia del amor de Cristo, y declara que ni las persecuciones, ni  la angustia, ni la tribulación, ni los peligros, ni la espada podrán hacerlo. Más aún: Pablo dice con gran gozo: "En todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de Aquel que nos amó". ¡Oh si conociésemos más de Ti, precioso Señor!
                                    Precioso es Jesús mi Jesús,
                                    Precioso es Jesús mi Jesús;
                                    Mi gloria será, su rostro mirar,
                                    Él es mi precioso Jesús.

Noble Sostén


MARZO 19 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Esforzaos en la fe". 1 Corintios 16.13

Cristiano, ten mucho cuidado de tu fe, pues la fe es el único medio por el cual puedes obtener bendiciones. Sólo la fe puede traernos bendiciones. La oración no nos traerá respuestas del trono de Dios, a menos que sea la oración ferviente del hombre que cree.
La fe es el mensajero angélico entre el alma y el Señor Jesús, quien está en la gloria. Si ese mensajero se retira, no podemos ni elevar oraciones ni recibir contestaciones. 

La fe es el alambre telegráfico que liga la tierra con el cielo. Por medio de él, los amorosos mensajes de Dios vuelan tan rápidamente, que antes de que clamemos, Él nos responde. Aun estamos nosotros hablando, Él nos oye. Pero si el hilo telegráfico de la se rompe, ¿cómo recibiremos la promesa? ¿Estoy en aflicción? Entonces puedo conseguir ayuda por la fe. ¿Estoy perseguido por el enemigo? Entonces mi alma se apoya por la fe en su querido refugio. Pero si quito la fe, clamaré a Dios en vano, pues no habrá medio de comunicación entre el cielo y yo.

Aun en el más crudo invierno, la fe es una senda por la cual la oración puede transitar; pero si bloqueáis el camino, ¿en qué forma podremos comunicarnos con el gran Rey?

La fe me une a la divinidad. La fe me cubre con el poder de Dios. La fe pone a mi lado la omnipotencia de Jehová. La fe asegura todos los atributos de Dios para mi defensa. La fe me ayuda a desafiar a las huestes  del infierno; me hace triunfar sobre la cerviz de mis enemigos.

¡Oh cristiano! Cuida bien tu fe, pues con ella puedes lograr todas las cosas aunque seas pobre; pero sin ella no puedes obtener nada. "Si puedes creer, al que cree todo le es posible".