Versículo para hoy:

jueves, 15 de diciembre de 2016

Orígenes del Protestantismo Latinoamericano en el Siglo XVI - Dr. Cornelio Hegeman


Atesorando a Cristo en nuestras tradiciones, con Noel Piper, Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 15

“Y sobre zafiros te fundaré”. Isaías 54:11.

NO sólo lo que se ve de la Iglesia de Dios es hermoso y precioso. Los cimientos, por ejemplo, no se ven y, mientras permanecen firmes, no es posible que puedan ser valorados; sin embargo, en la obra de Jehová todo forma un bloque: nada es despreciable, nada es insignificante. Los profundos cimientos de la obra de gracia son como zafiros por su preciosidad; ninguna mente humana puede medir su gloria. Nosotros edificamos sobre el pacto de gracia, que es más firme que el diamante y tan durable como las joyas sobre las cuales los años pasan en vano. Los cimientos de zafiro son eternos y el pacto también permanece para siempre. Otro cimiento limpio e inmaculado, eterno y hermoso como el zafiro, es la persona del Señor Jesucristo, que funde en uno el azul del profundo y turbulento océano con el azul del dilatado firmamento. Una vez pudo nuestro Señor ser comparado al rubí, cuando estuvo cubierto con su propia sangre, pero ahora lo vemos radiante con el suave azul del amor, amor abundante, profundo, eterno. Nuestra esperanza eterna está fundada sobre la justicia y la fidelidad de Dios, que es clara y transparente como el zafiro. No somos salvos por compromiso, ni por una gracia que anule la justicia, ni por una ley que suspenda sus funciones; no, nosotros desafiamos al ojo de águila que descubra, si puede, siquiera, una grieta en el fundamento de nuestra confianza; nuestro cimiento es de zafiro y resistirá el fuego. El Señor mismo ha colocado el fundamento de la esperanza de su pueblo. Nosotros debiéramos inquirir seriamente para ver si nuestra esperanza está cimentada sobre esa base. Las buenas obras y las ceremonias no constituyen un fundamento de zafiro, sino de madera, heno y hojarasca; además, ellas no fueron puestas por Dios, sino por nuestra propia vanagloria. Dentro de poco, todos los fundamentos serán probados. ¡Pobre de aquel cuya alta torre se derrumbe con estrépito por haberla cimentado en la arena movediza! El que está fundado sobre zafiro, puede aguardar las tormentas o el fuego con serenidad, porque él soportará la prueba.

Charles Haddon Spurgeon.