Versículo para hoy:

lunes, 6 de junio de 2016

Criando hijos fuertes - Nancy DeMoss de Wolgemuth

¿Estás lista para cualquier sufrimiento que pueda venir?

Programas de la serie

Tomado de Nancy Leigh DeMoss. Programa radial emitido Junio 6, 2016. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

LECTURAS VESPERTINAS – JUNIO 6

“¿Son israelitas? Yo también”. 2 Corintios 11:22.

AQUÍ tenemos una declaración personal que requiere pruebas. El apóstol sabía que su declaración era indisputable; pero hay muchas personas que no tienen derecho al título y que, sin embargo, pretenden pertenecer al Israel de Dios. Si estamos diciendo con confianza “yo también soy israelita”, digámoslo sólo después de haber escudriñado nuestro corazón en la presencia de Dios. Pero si podemos dar pruebas de que estamos siguiendo a Jesús, si podemos decir de corazón “yo confío en él enteramente, confío en él solamente, confío en él únicamente, confío en él ahora y confío en él para siempre”, entonces la posición que sostienen los santos de Dios nos pertenece también a nosotros: todos sus goces son posesiones nuestras. Podemos ser los últimos en Israel, “menos que el más pequeño de todos los santos”, sin embargo, ya que las mercedes de Dios pertenecen a todos los santos como santos y como santos aventajados o bien instruidos, podemos introducir nuestro argumento y decir: “¿Son israelitas? Yo también. Por lo tanto, las promesas son mías, la gracia es mía y la gloria será mía”. La declaración, hecha correctamente, dará indecible aliento. Cuando el pueblo de Dios se regocija porque pertenece a él, ¡qué felicidad si puede decir “yo también”! Cuando hablan de ser perdonados, justificados y aceptados en el Amado, ¡cuán gozoso es responder, “por la gracia de Dios, yo también lo soy”! Pero esta declaración no sólo tiene sus goces y privilegios, sino también sus condiciones y deberes. Debemos compartir con el pueblo de Dios tanto la sombra como el sol. Cuando oímos hablar de los cristianos con desprecio y burla, debemos adelantarnos valientemente y decir: “Yo también lo soy”. Cuando los vemos trabajar por Cristo, dando su tiempo, sus talentos y todo su corazón a Jesús, debemos estar en condiciones de decir: “Yo también hago lo mismo”. Demostremos nuestra gratitud por medio de nuestra devoción, y vivamos como aquellos que, habiendo declarado un privilegio, desean también asumir la consiguiente responsabilidad.

Charles Haddon Spurgeon.