Versículo para hoy:

lunes, 3 de octubre de 2022

Octubre 3 El terreno de la ministración - OSWALD CHAMBERS

"Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno", Marcos 9:29

"Sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera?", Marcos 9:28. La respuesta depende de la relación personal con Jesucristo. Este género con nada puede salir, sino con concentración y redoblada concentración en Él. Podemos quedarnos impotentes, como los discípulos, al tratar de realizar la obra de Dios sin una concentración en su poder, sino mediante las ideas que salen de nuestra propia naturaleza. Realmente lo deshonramos por nuestra misma ansia de trabajar para Él sin conocerlo. 

Cuando enfrentas un caso difícil y nada sucede exteriormente, aún puedes saber que habrá libertad y alivio por tu continua concentración en Jesucristo. El deber tuyo en el servicio y en el ministerio es vigilar que no haya nada entre Jesús y tú. ¿Hay algo ahora? Si es así, debes superar ese obstáculo, no pasándolo por alto con irritación, o saltando por encima de él, sino enfrentándolo y atravesándolo en la presencia de Jesucristo. Entonces, ese problema y todo lo que hayas experimentado con relación a él, glorificará al Señor de una manera que sólo conocerás cuando lo veas cara a cara. 

Debemos ser capaces de levantar alas como las águilas, pero también debemos saber cómo descender. El poder del creyente consiste en bajar y saber vivir en el valle. Pablo dijo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece", Filipenses 4:13. Las situaciones a que se refería eran en su mayoría humillantes. Sin embargo, tenemos la facultad de rehusar la humillación, diciendo: "No, gracias, me gusta mucho más estar en la cima con Dios". ¿Puedo enfrentar las circunstancias como realmente son a la luz de Jesucristo? ¿O las situaciones tal como son destruirán mi fe en Él y me llenarán de pánico?

Octubre 2 El valle de la humillación - OSWALD CHAMBERS

"Si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos", Marcos 9:22

Después de todo tiempo de exaltación Dios nos lleva, en un repentino y precipitado descenso, hacia las circunstancias tal como son, donde no hay nada hermoso, poético ni emocionante. La altura de la cumbre se mide por la monotonía gris del valle, pero en él es donde debemos vivir para la gloria de Dios. En el monte vemos su gloria, pero allí nunca vivimos para su gloria. Es en el valle de la humillación donde comprendemos lo que verdaderamente valemos para Dios y donde se revela nuestra fidelidad. Debido al egoísmo natural de nuestros corazones, la mayoría de nosotros podemos hacer cosas si nos encontramos siempre en un nivel heroico. Pero Dios nos quiere en el nivel común y rutinario de todos los días, es decir, en el valle donde vivimos teniendo en cuenta nuestra relación personal con Él. Pedro pensó que sería magnífico permanecer en la cima; pero Jesucristo bajó a sus discípulos del monte al valle, donde les fue explicado el verdadero significado de la visión (ver Marcos 9:2-9,14-23). 

"Si puedes hacer algo..." Se necesita el valle de la humillación para desarraigar de nosotros el escepticismo. Examina tus experiencias del pasado y descubrirás que sólo cuando aprendiste quién era Jesús dejaste de ser un astuto escéptico de su poder. En la cima podías creer cualquier cosa, pero ¿qué de las veces cuando tenías que enfrentar las realidades del valle? Quizá puedas dar testimonio de tu santificación, ¿pero qué dices de la situación que te humilla en este momento? La última vez que estuviste en el monte con Dios, comprendiste que todo poder en el cielo y en la tierra le pertenece a Jesús, ¿serás escéptico ahora, simplemente porque estás en el valle de la humillación?