Versículo para hoy:

lunes, 11 de diciembre de 2023

DICIEMBRE 11 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

“Fiel es el que os ha llamado, el cual también lo hará”.
1 Tesalonicenses 5:24.

EL cielo es un lugar donde no pecaremos más; un lugar donde dejaremos de vigilar constantemente contra el infatigable enemigo, pues allí no habrá tentador que ponga trampas a nuestros pies. Allí el impío deja de molestar, y el fatigado descansa. El cielo es la “herencia incorruptible”, es el reino de perfecta santidad y de completa seguridad. Pero ¿no gustan también los santos que están en la tierra de esa bendita seguridad? La Palabra de Dios enseña que todos los que permanecen unidos al Cordero están seguros, que todos los rectos perseverarán en sus caminos y que los que han confiado sus almas al cuidado de Cristo, lo hallarán fiel e inmutable preservador. Sostenidos por esta doctrina, aun en la tierra podemos gozar de seguridad; no, por cierto, de aquella sublime y gloriosa seguridad que nos liberta de todo error, sino de aquella que nos viene de la segura promesa de Jesús: que ninguno de los que en él creen se perderá, sino estará con él donde él está. Creyente, pensemos a menudo en la doctrina de la perseverancia de los santos, y glorifiquemos la fidelidad de nuestro Dios, depositando en él una santa confianza. Que nuestro Dios te haga sentir la seguridad que tienes en Cristo Jesús, que te convenza de que tu nombre está esculpido en sus manos y que te recuerde esta promesa: “No temas, que yo soy contigo”. Mira a Jesús, que es el gran Fiador del pacto, fiel y verdadero, y que por lo tanto, está interesado y empeñado en presentarte delante del trono de Dios en compañía de toda la familia elegida. Y al estar en tan dulce contemplación, beberás el zumo de las granadas del Señor y gustarás los delicados frutos del Paraíso.
Si puedes creer sin vacilación que “fiel es el que os ha llamado, el cual también lo hará”, gozarás anticipadamente de los placeres que encantan a las almas de los santos.

DICIEMBRE 10 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

“Así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:17.

¡CUÁN breves y transitorias son las gratísimas visitas de Cristo! Por un momento nuestros ojos lo ven y nos regocijamos con gozo inefable y glorificado, pero al instante no lo vemos más, porque nuestro amado se aparta de nosotros. Semejante al gamo o al cabrito de los ciervos, salta él sobre los montes escarpados. Nuestro amado se ha ido al país de las especias y no apacienta más entre los lirios. ¡Oh cuán agradable es esperar aquel tiempo cuando no lo contemplaremos más desde cierta distancia sino lo veremos cara a cara; cuando no será como un viajante que permanece sólo una noche, sino nos abrazará eternamente en el seno de su gloria; cuando no lo veremos por un corto tiempo, sino que “nuestros ojos por millones de años contemplarán absortos las bellezas del Redentor, y por miríadas de siglos lo adoraremos por los portentos de su amor”! En el cielo no habrá interrupciones a causa de la ansiedad o del pecado; las lágrimas no empañarán más nuestros ojos; los negocios terrenales no distraerán nuestros felices pensamientos; nada nos impedirá contemplar con infatigables ojos al Sol de Justicia. ¡Oh!, si es tan agradable verlo aquí de vez en cuando, ¡cuánto más agradable será contemplar eternamente aquel bendito rostro, sin que jamás se interponga nube alguna y sin que tengamos que apartar de él nuestros ojos para fijarlos en un mundo de fatiga y de ayes! ¡Bendito día!, ¿cuándo amanecerás? ¡Levántate, oh Sol de Justicia! Los goces de los sentidos pueden abandonarnos cuando les gusten, pues eso nos dará cumplida satisfacción. Si morir es entrar en ininterrumpida comunión con Jesús, entonces la muerte es en verdad una ganancia, y la gota negra desaparece en un mar de victoria.