Versículo para hoy:

sábado, 25 de junio de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – JUNIO 25


“Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie”. Génesis 8:9.

LECTOR, ¿puedes hallar reposo fuera del arca, Cristo Jesús? Entonces, ten por seguro que tu religión es vana. ¿Estás satisfecho con algo que no es un conocimiento consciente de tu unión y participación con Cristo? Entonces, ¡ay de ti! Si profesas ser cristiano y, sin embargo, hallas plena satisfacción en los goces y ocupaciones mundanos, tu profesión es falsa. Si tu alma puede estirarse en descanso y hallar la cama suficientemente larga y la colcha suficientemente ancha para cubrirse en los dormitorios del pecado, entonces eres un hipócrita y estás lejos de tener un concepto claro de Cristo o una idea de su valor. Pero si, por otra parte, sientes que aunque te fuere posible hundirte en el pecado sin ser castigado, eso mismo sería un castigo, y que, si pudieses poseer todo el mundo y permanecer en él para siempre, sería ya una desgracia el no poder salir de este mundo, porque es a tu Dios, sí, a tu Dios lo que tu alma ansía, entonces anímate porque eres un hijo de Dios. A pesar de todos tus pecados e imperfecciones recibe esto para tu aliento; si tu alma no halla descanso en el pecado, no eres como el pecador. Si aún estás pidiendo algo mejor, recuerda que Cristo no te ha olvidado, pues tú no le has olvidado enteramente a él. El creyente no puede vivir sin su Señor. Las palabras son inadecuadas para expresar el concepto que tiene de él. No podemos vivir sobre las arenas del desierto; necesitamos del maná que cae de lo alto. Nuestros odres de confianza humana no pueden producir ni un poco de humedad, pero nosotros bebemos de la roca que nos sigue, y esa roca es Cristo. Cuando te alimentas de él, tu alma canta: “El sacia de bien mi boca de modo que me rejuvenezca como el águila”. Pero si no lo tienes a él, ni tu bordalesa de vino ni tu bien provista despensa te pueden dar ninguna clase de satisfacción; más bien te lamentarás de ellas con las palabras de la sabiduría: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

Charles Haddon Spurgeon.