Versículo para hoy:

sábado, 3 de diciembre de 2016

CATECISMO MAYOR DE WESTMINSTER

No tendrás dioses ajenos delante de mí. Éxodo 20:3


Pregunta 105: ¿Cuáles pecados prohíbe el primer mandamiento?

Respuesta: Los pecados prohibidos en el primer mandamiento son el ateísmo, esto es, negar a Dios o no tener ninguno; a) la idolatría, o el tener o adorar muchos dioses, o algún otro como el verdadero Dios o en lugar de él, b) el no tenerlo ni confesarlo como Dios y como el nuestro, c) la omisión o negligencia en alguna cosa debida a él, requerida en este mandamiento, d) la ignorancia, olvido, f) falsas aprehensiones, g) opiniones erróneas, h) pensamientos indignos y malvados con respecto a él, i) investigaciones curiosas y atrevidas tocante a sus secretos, j) toda impiedad, l) odio a Dios, ll) amor a sí mismo, m) egoísmo, n) y todos los demás estados desordenados e inmoderados de nuestra mente, voluntad o afectos sobre otras cosas que nos aparten de él en todo o en parte; ñ) credulidad vana, o) incredulidad, p) herejía, q) error, r) desconfianza, s) desesperación, t) incorregibilidad, u) e insensibilidad bajo sus juicios, v) dureza de corazón, x) orgullo, y) presunción, z) seguridad carna1, a) tentar a Dios, b) usar medios ilícitos, c) y confiar en los lícitos; d) goces y delicias carnales, e) un celo corrompido, ciego e indiscreto, f) tibieza, y frialdad en las cosas de Dios, h) alejarnos y apostatar de Dios, i) orar o dar algún culto religioso a los santos ángeles a alguna otra criatura, j) todo pacto o consulta con el diablo t) y seguir sus sugestiones, ll) hacer a los hombres señores de nuestra fe y conciencia, m) menospreció y desdén de Dios y de sus mandamientos, n) resistiendo o entristeciendo a su Espíritu, ñ) descontento o impaciencia por sus disposiciones, acusándole de locura por los males que nos manda, o) atribuir la alabanza de algo bueno que seamos, tengamos, o hagamos, a la fortuna, p) a los ídolos, q) a nosotros mismos, r) o a alguna otra criatura. s)


a) Sal. 14:1; Efes. 1:12; b) Jer. 2:27, 28; comp. con 1 Tes. 1:9; c) Sal. 82:11; d) Isa. 43:22, 23; Ver. 24; e) Jer. 4:22; Os. 4:1-6; f) Jer. 2:32; Sal. 50:22; g) Hch. 17:23, 29; h) Isa. 40:18; i) Sal. 50:21; j) Deut. 29:29. 1) Tit. 2:16; Heb. 12:16;1l) Rom. 1 :30; m) 2 Tim. 3:2; n) Fil. 2:21; ñ) 1 Juan 2: 15; 1 Sam. 2:29; Col. 3:2, 5; a) 1 Juan 4:1; p) Heb. 3:12; q) Gal. 5:20; Tit. 3:10; r) Hch. 26:9; s) Sal. 78:22; t) Gen. 4:13; u) Jer. 5:3; v) Isa. 42:25; x) Rom. 2:5; y) Jer. 13:15; z) Sal. 19:13; a) Sof. 1:12; b) Mat. 4: 17; c) Rom. 3:8; d) Jer. 17:5; e) 2 Tim. 3:4; f) Gal. 4:17: Rom. 10:2; Juan 14:2; Luc. 9:54, 55; g) Rev. 3:16; h) Rev. 3: 1; i) Ezeq. 14:5; Isa. 1:4, 5; j) Eze. 4:12; Rev. 19:10; Col. 2:18; Rom. 1:25; l) Lev: 20:6; 1 Sam. 28:7, 11. Comp. con 1 Crón. 10:13, 14. ll) Hch. 5:3; m) 2 Cor. 1:24; Mat. 23:9; n) Deut. 32:15; Prov. 13:13; 2 Sam. 12:9; ñ) Act. 7:51; Efes. 4:30; o) Salmo 73:2, 3, 13, 14, 15, 22; p) 1 Sam. 6:9; q) Dan. 5:23; r) Deut. 8:17; Dan. 4:30; s) Hab. 1: 16.





LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 3

“Jehová el poderoso en batalla”. Salmo 24:8.

BIEN puede nuestro Dios ser admirable en los ojos de su pueblo si tenemos en cuenta que él ha obrado semejantes maravillas por ellos, en ellos y por medio de ellos. Por ellos, el Señor Jesús derrotó en el Calvario a todos los enemigos, haciendo pedazos las armas del adversario por medio de su perfecta obra de expiatoria obediencia. Por su triunfante resurrección y ascensión hizo desaparecer las esperanzas del infierno, llevando cautiva la cautividad, sacando a la vergüenza en público a nuestros enemigos y triunfando de ellos por su cruz. Toda flecha de culpa que Satán pudiera arrojarnos, está rota; porque, ¿quién puede tramar algo para acusar a los elegidos de Dios? Inútiles son las filosas espadas de la malicia infernal y los perpetuos combates de la simiente de la serpiente, pues en la Iglesia, el cojo toma la presa y los soldados más débiles son coronados. Los salvados bien pueden adorar a su Señor por las conquistas que él obtuvo en ellos, pues las flechas de la natural enemistad de los mismos fueron quebradas y las armas de rebelión, rotas. ¡Qué victoria ha conseguido la gracia en nuestros malvados corazones! ¡Cuán glorioso es Jesús cuando la voluntad es sometida y el pecado destronado! En cuanto a las maldades que nos quedan, estas sufrirán igualmente una segura derrota, y toda tentación, toda duda y todo temor serán enteramente destituidos. En el Salem de nuestros pacíficos corazones, el nombre de Jesús es incomparablemente admirable. El ha ganado nuestro amor y él lo utilizará. También podemos esperar victorias seguras, obtenidas por nosotros. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por medio de nuestra fe, de nuestro celo y santidad derribaremos las potestades de las tinieblas que están en el mundo; conquistaremos a los pecadores para Jesús; trastornaremos falsos sistemas y convertiremos naciones, pues Dios es con nosotros y ninguno podrá resistirnos. Que esta noche cada soldado cristiano entone el canto de guerra y se prepare para el combate de mañana. Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.

Charles Haddon Spurgeon.