Versículo para hoy:

miércoles, 21 de junio de 2023

JUNIO 21 – LECTURAS MATUTINAS

“Haste hermoseado más que los hijos de los hombres”. Salmo 45:2

LA persona de Jesús es una entera joya, y su vida es una sola impresión del sello. Jesús es enteramente perfecto, no solo en sus distintas partes, sino también en su gloriosa integridad. Su carácter no es un conjunto de colores mezclados confusamente, ni un montón de piedras puestas desordenadamente, unas sobre otras. Jesús es un cuadro de belleza y un pectoral de gloria. En él “todas las cosas que son de buen nombre” tienen su debido lugar y se embellecen recíprocamente. Ningún rasgo de su gloriosa persona llama la atención más que otro; él es perfecto y enteramente codiciable. ¡Oh Jesús!, tu poder, tu gracia, tu justicia, tu ternura, tu verdad, tu majestad y tu inmutabilidad forman un hombre tal, o, mejor dicho, un Dios-hombre tal que ni el cielo ni la tierra han visto jamás. Tu infancia, tu eternidad, tus sufrimientos, tus triunfos, tu muerte y tu inmortalidad están entretejidos en un magnífico tapiz, sin costura ni rasgadura. Tú eres música sin disonancia; eres un todo sin división; eres todas las cosas sin diversidad. Como todos los colores se funden en un resplandeciente arco iris, así también todas las glorias del cielo y de la tierra se hallan en ti, y se unen tan maravillosamente, que no hay ninguno como tú en todas las cosas. Si todas las virtudes de las cosas más excelentes formaran un ramo no podrían rivalizar contigo, espejo de toda perfección. Tú has sido ungido con el santo óleo de mirra y casia, que tu Dios reservó sólo para ti; y tu fragancia es como el perfume santo, que ninguno puede imitar, ni aun el perfumista. Cada parte es fragante, pero el compuesto es divino.

Precioso es Jesús, mi Jesús,
Precioso es Jesús, mi Jesús.
Mi gloria será su rostro mirar,
El es mi precioso Jesús.

JUNIO 20 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

"Porque he aquí yo mandaré, y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las gentes, como se zarandea el grano en un harnero, y no cae un granito en la tierra." Amós 9:9

TODO zarandeo viene por orden y permiso de Dios. Satán tiene que pedir permiso antes de poner un dedo sobre Job. Aun más, nuestro zarandeo es obra directa del cielo, pues el texto dice: "Haré que la casa de Israel sea zarandeada". Satán, como un peón, puede tener la zaranda, esperando destruir el grano, pero la mano del Maestro realiza la purificación del grano por el mismo proceso por el cual el enemigo intenta destruirlo. Precioso, pero zarandeado trigo de la era del Señor, ¡anímate! El Señor maneja, para su gloria y para tu eterno bienestar, tanto el mayar como la zaranda. El Señor Jesús usará, sin duda, el aventador que está en su mano y apartará lo precioso de lo vil. "No todos los que son de Israel son Israelitas". El trigo de la parva que está en la era no está limpio; de ahí la necesidad de que sea aventado. En la zaranda únicamente lo que tiene peso tiene valor. La chala y el tamo, que no tienen substancia, se los lleva el viento, y sólo el trigo permanece. Observa la completa seguridad del trigo del Señor; ni aun un granito caerá. Dios mismo zarandea; de modo que es esta una obra terrible y severa. El los zarandea en todos los lugares, "entre todas las gentes"; los zarandea en la manera más eficaz, "como el grano en un harnero", y a pesar de esto, ni el grano más pequeño, más liviano, o más marchito cae en tierra. Cada creyente, individualmente, es precioso en la presencia del Señor. Un pastor no quisiera perder ni una sola oveja; un joyero, ni un solo diamante; una madre, ni un solo hijo; un hombre, ni un solo miembro de su cuerpo. Tampoco el Señor quiere perder ni uno solo de los redimidos. Si pertenecemos al Señor, podemos regocijarnos; pues, aunque seamos pequeños, somos preservados en Cristo Jesús.