Versículo para hoy:

sábado, 16 de noviembre de 2019

Cuando la alegría se siente tan lejos - Scott Hubbard


16 de noviembre – SACRIFICIO DIVINO

Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra justificación. Romanos 4:25.

El propio nombre de Jesús nos recuerda que él salvará a su pueblo de los pecados. Me gustaría agregar que, ya que la salvación de Dios es tan grande, tiene que haber sido motivada por grandes pecados. ¿Hubiera Cristo derramado la sangre de su corazón por algunos pecados insignificantes, veniales, que nuestras lágrimas pudieran lavar? ¿Piensas que tu Dios habría ofrecido a su Hijo para que muriera por una simple superficialidad? Si el pecado hubiera sido un asunto de poca envergadura, un pequeño sacrificio habría sido suficiente. ¿Acaso piensas que aquel sacrificio divino fue llevado a cabo solo por unas pequeñas ofensas? ¿Se sacrificó Jesús por los pecados pequeños y no por los grandes? No, el Señor Dios midió el tamaño de nuestro pecado y lo halló tan alto como el cielo, tan profundo como el infierno, tan ancho como el infinito, y por eso nos concedió un Salvador tan grande. Dio a su Hijo único, un sacrificio infinito, un sacrificio que no se puede medir. Con dolores y terrores de muerte que nunca se podrán describir con toda exactitud, el Señor Jesús derramó su alma en un sufrimiento indecible, para proveer una gran salvación al más grande de los pecadores. Mira a Jesús en la cruz y entiende que todo tipo de pecado y blasfemia se le perdonará a los hombres. La salvación, eso es para mí, pues yo estoy perdido. Una gran salvación, eso es para mí, pues yo soy el más grande de los pecadores. ¡Oh, escucha mi palabra en este día! Es una palabra de amor de parte de Dios, y repica como una campana de plata. Lloro por ti y, sin embargo, me siento como si cantara todo el tiempo, porque he sido enviado a proclamar la salvación del Señor para los peores de ustedes.

A través de la Biblia en un año: Apocalipsis 3-5

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.