Versículo para hoy:

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Una conciencia limpia para la gloria de Dios - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 28

“No he venido para meter paz, sino espada”. Mateo 10:34.

EL cristiano, sin duda, tendrá enemigos. El procurará desde luego no tener ninguno; pero, si por hacer lo recto y confiar en la verdad, llega a perder todos los amigos terrenales, no le importará mucho, pues su gran Amigo, que está en los cielos, le ofrecerá, por su fidelidad, una amistad más íntima y se manifestará a él más bondadosamente que nunca. ¡Oh! vosotros que habéis tomado su cruz, ¿no sabéis lo que dijo nuestro Señor? Dijo: “He venido para hacer disensión del hombre contra su padre, y de la hija contra su madre, y de la nuera contra su suegra. Y los enemigos del hombre serán los de su casa”. Cristo es el gran Pacificador, pero antes de la paz trae la guerra. Donde llega la luz, las tinieblas tienen que retirarse. Donde se hace presente la verdad, la mentira debe huir. Si se queda, se producirá un gran conflicto, pues la verdad no puede ni quiere bajar su bandera y, por lo tanto, la mentira tiene que ser puesta debajo de los pies. Si tú sigues a Cristo, todos los perros del mundo estarán ladrando tras tuyo. Si quieres vivir de tal manera como para soportar la prueba del último tribunal, ten por cierto que el mundo no hablará bien de ti. El que es amigo del mundo es enemigo de Dios. Pero si te muestras sincero y fiel para con el Altísimo, los hombres se sentirán ofendidos por tu inquebrantable fidelidad, pues ella es un testimonio contra sus iniquidades. Necesitarás el coraje de un león para proseguir, sin titubear, una carrera que convertirá a tus mejores amigos en tus peores enemigos. Pero, por amor a Jesús, debes ser valiente. Arriesgar reputación y afecto por causa de la verdad es un acto de tal naturaleza que para practicarlos constantemente necesitarás un grado tal de principio moral que sólo el Espíritu de Dios puede producir en ti. No vuelvas, sin embargo, tu espalda como un cobarde, sino muéstrate bravo. Sigue recta y varonilmente en las pisadas de tu Señor, pues él anduvo por este escabroso camino antes que tú. Mejor es una guerra breve y un descanso eterno que una falsa paz y un tormento eterno.

Charles Haddon Spurgeon.