Versículo para hoy:

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Renovando Tu Mente | El contrato roto




¿Quién satisface tus necesidades más profundas? - Nancy DeMoss de Wolgemuth



NOVIEMBRE 14

“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”. Juan 14:14.

¡Qué promesa más amplia! “¡Algo!” Si mis necesidades son grandes o pequeñas, todas están encerradas en aquella palabra “algo”. Ven, alma mía, ten libertad delante del propiciatorio, y escucha a tu Señor diciéndote: “Ensancha tu boca, y henchirla he”.

¡Qué promesa más sabia! Siempre tenemos que pedir en el nombre de Jesús. Al paso que esto nos anima a nosotros, le honra a Él. Esta es una recomendación constante. Algunas veces toda otra recomendación es oscurecida, especialmente las que pudiésemos sacar de nuestra propia relación con Dios o de nuestra experiencia de su gracia; pero en tales ocasiones el nombre de Jesús es tan poderoso delante del trono como siempre, y podemos invocarlo con plena certidumbre.

¡Qué oración tan llena de enseñanza! No debo pedir nada si no puedo poner a ello la mano y el sello de Cristo. No me atrevería a poner el nombre de mi Señor a una petición egoísta u obstinada. Solamente puedo poner el nombre de mi Señor a las oraciones que Él mismo oraría si estuviese en mi caso. Es un alto privilegio estar autorizado a pedir en el nombre de Jesús, como si Jesús mismo pidiese; pero nuestro amor hacia Él nunca nos permitirá poner aquel nombre donde Él no lo hubiera puesto.

¿Estoy pidiendo aquello que Jesús aprobaría? ¿Me atrevo a poner su sello a mi oración? Entonces tengo aquello que estoy buscando del Padre.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

La alabanza no es un sentimiento - Nancy DeMoss de Wolgemuth



NOVIEMBRE 13

“He aquí no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”. Salmo 121:4.

Jehová es el que “guarda a Israel”. Nunca está inconsciente, ni se adormece, ni duerme. Nunca deja de guardar la casa y el corazón de su pueblo. Esta es una razón suficiente para que descansemos en perfecta paz. Alejandro dijo que dormía porque su amigo Parmenio velaba; mucho más podemos nosotros dormir, puesto que Dios es nuestro guardador.

La frase “he aquí” está puesta para llamar nuestra atención a esta verdad consoladora. Israel durmió, aunque tenía una piedra por almohada, pero su Dios estaba despierto y apareció en una visión a su siervo. Cuando estamos acostados sin defensa, Jehová mismo cubrirá nuestra cabeza.

El Señor guarda su pueblo como un rico guarda su tesoro, como un capitán guarda una ciudad con guarnición, como un centinela guarda a su soberano. Nadie puede dañar a aquellos que están así guardados. Que encomiende yo mi alma en sus manos queridas. Él nunca se olvida de nosotros, nunca deja de cuidarnos eficazmente, nunca se encuentra incapaz de guardarnos.

¡Oh, Señor mío! Guárdame, no sea que me desvíe y caiga y perezca. Guárdame para que guarde tus mandamientos. Por tu cuidado vigilante guárdame de dormir como el perezoso y de perecer así como los que duermen en muerte.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.