Versículo para hoy:

jueves, 2 de abril de 2015


Amor maduro 5: Una pared y una puerta - Nancy Leigh DeMoss

ABRIL 2

"Y no le respondió ni una palabra". Mateo 27:14.

NUNCA fue Jesús tardo en hablar cuando se trataba de bendecir a los hijos de los hombres, pero en su propia defensa no quiso hablar nada. "Nunca hombre alguno, habló como este hombre", y nunca hubo hombre más callado que él. ¿Era este singular silencio indicio del perfecto sacrificio de sí mismo? ¿Indica esto que él no habría de expresar palabra para detener al matador de su sagrada persona, que había dado como una ofrenda por nosotros? ¿Se ha rendido tan por completo que no desea intervenir en su favor, sino ser una víctima atada y muerta sin resistir ni quejarse? ¿Era este silencio una figura de lo indefendible que es el pecado? Nada se puede decir como excusa por la culpa humana, y, en consecuencia, él soportó todo su peso, permaneciendo mudo delante de su juez. ¿No es este paciente silencio la mejor réplica a un mundo contradictor? El sufrimiento silencioso, responde mucho más concluyentemente a algunas preguntas que la más elevada elocuencia. Los mejores apologistas del cristianismo en los días primitivos fueron sus mártires. El yunque rompe una multitud de martillos sólo por soportar pacientemente sus golpes. ¿No nos proporciona un gran ejemplo de sabiduría el callado Cordero de Dios? Donde cada palabra era una ocasión para una nueva blasfemia, era mejor no dar combustible para el fuego del pecado. Lo ambiguo y lo falso, lo indigno y lo vil, serán pronto derrotados e impugnados por sí mismos; y, por lo tanto, la verdad se decide a estar callada y halla que el silencio es su sabiduría. Evidentemente nuestro Señor, por su silencio, dió un notable cumplimiento a la profecía. Por su enmudecimiento demostró concluyentemente ser el verdadero Cordero de Dios. Como tal lo adoramos esta mañana. Sé con nosotros, Jesús y en el silencio de nuestro corazón, déjanos oír la voz de tu amor.

Fuente: LECTURAS MATUTINAS de Charles Haddon Spurgeon.