Versículo para hoy:

lunes, 28 de marzo de 2016

La prueba - Nancy DeMoss de Wolgemuth


Tomado de Nancy Leigh DeMoss. Programa radial emitido Marzo 28, 2016. www.AvivaNuestrosCorazones.com.

LECTURAS VESPERTINAS – MARZO 28

“En olor de suavidad os aceptaré”. Ezequiel 20:41.

LOS méritos de nuestro gran Redentor son como suave olor para el Altísimo. Ya hablemos de la justicia activa de Cristo o de la pasiva hay en ellas igual fragancia. Hay un olor suave en su vida activa por el cual honró la ley de Dios e hizo que cada precepto brillase como preciosa joya en el puro engaste de su propia persona. Tal era también su obediencia pasiva, cuando soportó con callada sumisión hambre y sed, frío y desnudez y, al fin, sudor de grandes gotas de sangre en el Getsemaní; cuando dio su espalda a los heridores y sus mejillas a los que le mesaban el cabello y fue colgado en el cruel madero para que sufriese la ira de Dios en nuestro lugar. Estas dos cosas son suaves delante del Altísimo; y en consideración de sus obras y de su muerte, de sus sufrimientos en lugar del pecador y de su obediencia vicaria, el Señor nuestro Dios nos acepta. ¡Qué preciosidad debe haber en él para superar nuestra falta de preciosidad! ¡Qué suave olor para quitar todo nuestro mal olor! ¡Qué poder purificador en su sangre para quitar pecados como los nuestros! ¡Y qué gloria en su justicia para hacer que criaturas tan inaceptables fuesen aceptas en el Amado! ¡Observa, creyente, cuán segura e inmutable debe ser nuestra aceptación, cuando esta es en él! Cuídate de no dudar nunca de tu aceptación en Jesús. Tú no puedes ser aceptado sin Cristo, pero cuando has recibido sus méritos no puedes dejar de serlo. A pesar de todas tus dudas, y temores y pecados, el ojo bondadoso de Jehová nunca te mira con ira. Aunque él ve pecado en ti, en ti mismo, sin embargo, cuando te mira a través de Cristo, él no ve pecado. Tú eres siempre acepto en Cristo, siempre eres bendito y amado para el corazón del Padre. Eleva un cántico, pues; y a medida que veas el humeante incienso de los méritos del Salvador subir esta noche delante del trono de zafiro, deja que el incienso de tu alabanza suba también.


Charles Haddon Spurgeon.