Versículo para hoy:

martes, 10 de diciembre de 2024

SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)

 

III. Razones por las cuales una esperanza segura es sumamente deseable

Paso al tercer tema al cual me referí al principio. Daré algunas razones por las cuales una esperanza segura es sumamente deseable.

Pido la atención especial de mis lectores al tratar este punto. Anhelo de corazón que la seguridad sea más buscada de lo que es. Muchos entre los que creen, empiezan a dudar y siguen dudando, viven dudando y mueren dudando, y van al cielo en una especie de bruma.

Sería lamentable si yo hablara livianamente acerca de "esperanzas" y "seguridades". Pero me temo que muchos de nosotros nos contentamos con ellas y hasta allí llegamos. Me gustaría ver menos creyentes "vacilantes" en la familia del Señor y más que pudieran decir: "Yo sé y estoy convencido". ¡Oh, que todos los creyentes anhelaran los dones mejores y no se contentaran con menos! Muchos se pierden la bendición completa que el evangelio tiene la finalidad de dar. Muchos se mantienen en una condición pobre y hambrienta del alma, mientras que su Señor está diciendo: "Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados"; "pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido" (Cnt. 5:1; Jn. 16:24).

(1) Para empezar, recordemos que la seguridad es algo deseable, por la tranquilidad y paz que da en el presente.

Las dudas y temores tienen el poder de arruinar mucha de la felicidad del verdadero creyente en Cristo. La incertidumbre y el suspenso son malo en todo sentido: En nuestra salud, nuestras pertenencias, nuestras familias, nuestros afectos y nuestras vocaciones terrenales, pero nunca tan malos como en los asuntos que conciernen a nuestras almas. Y mientras un creyente no puede llegar más allá de "esperar que" y "confiar que", se hace evidente que percibe cierto grado de incertidumbre acerca de su estado espiritual. Las palabras mismas lo implican. Dice: "Espero que" porque no se atreve a decir: "Yo sé que...".

Ahora bien, la seguridad hace mucho para liberar al hijo de Dios de este tipo de dolorosa esclavitud y, por tanto, tiene una gran influencia sobre su tranquilidad. Le hace posible sentir que la gran cuestión de la vida, es una cuestión resuelta, la gran deuda es una deuda pagada, la grave enfermedad es una enfermedad curada y la gran obra proyectada es una obra terminada. Entonces todas las demás cuestiones, como enfermedades, deudas y obras son pequeñas en comparación. De este modo, la seguridad lo hace paciente en la tribulación, apacible ante la pérdida de un ser querido, impasible en los sufrimientos, sin temor de malas noticias, contento sea cual fuere su condición, porque le da firmeza al corazón. Endulza sus copas amargas, aliviana la carga de sus cruces, alisa los lugares ásperos por dónde camina e ilumina el valle de sombra de muerte. Le hace sentir que siempre tiene algo sólido bajos sus pies y algo firme en sus manos, un amigo seguro en el camino y un hogar seguro al final del camino9.

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9 "El Obispo Latimer le decía a Ridley: 'Cuando vivo con una seguridad decidida y firme sobre el estado del alma, me parece ser valiente como un león. Puedo reírme de todos los problemas, no hay aflicción que me acobarde. Pero cuando estoy eclipsado en mis comodidades, tengo tanto temor espiritual que quisiera correr y meterme en una ratonera'". -Citado por Christopher Love, 1653.

"La seguridad nos ayuda con todo deber y nos arma contra toda tentación, responde a toda objeción, nos sostiene en todas las condiciones en que nos podemos encontrar en los momentos más tristes de la vida. 'Si Dios con nosotros, ¿quién contra nosotros?'" -Obispo Reynolds sobre Oseas 14, 1642.

"Nada puede andarle mal al que tiene seguridad. Dios es de él. ¿Ha perdido un amigo? Su Padre vive. ¿Ha perdido un hijo único? Dios le ha dado a su único Hijo. ¿Le falta pan? Dios le ha dado el mejor, el pan de vida. ¿Ha perdido todos sus consuelos? Él tiene un Consolador. ¿Pasa por tormentas? Sabe dónde ir a puerto seguro. Dios es su Porción y el cielo es su remanso de paz". -Thomas Watson, 1661.