Versículo para hoy:

miércoles, 1 de marzo de 2023

MARZO 1 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

 "Levántate Aquilón, y ven Austro; sopla mi huerto, despréndanse sus aromas". Cantares 4.16

Cualquier cosa es mejor que la calma mortal de la indiferencia. Bien pueden nuestras almas desear el viento norte de la prueba, si únicamente ese Aquilón puede extraer el perfume de nuestros dones. Mientras no se diga "Jehová estaba en el viento", no podremos evitar el ventarrón más tormentoso que jamás haya soplado sobre las plantas de la gracia divina. ¿No se somete humildemente la esposa en este versículo a los reproches de su amado, suplicándole únicamente que le envíe su gracia en alguna forma, no poniendo ella ninguna condición en cuanto a la manera de enviarla? ¿No estaba ella, igual que nosotros, tan aburrida de calma mortal e impía que ansiaba tener algo que hacer? Con todo, deseaba también el cálido viento del consuelo, las sonrisas del amor divino y el gozo de la presencia del Redentor. Estas cosas son frecuentemente muy eficaces para despertar nuestra perezosa vida. Ella desea una cosa o la otra, o ambas juntas, con tal de poder deleitar a su amado con los frutos de su jardín. No puede resignarse a ser inútil, ni tampoco lo podemos nosotros. ¡Cuánto nos alienta pensar que Jesús puede hallar satisfacción en nuestros pobres y débiles dones! ¿La hallará en verdad? Esto parece ser demasiado bueno para que sea verdadero. Bien podríamos solicitar la aflicción y aun la misma muerte si ellas nos ayudaran a alegrar el corazón de Emmanuel.

Que nuestros corazones sean pulverizados si sólo por medio de eso nuestro precioso Señor puede ser glorificado. Los dones que no se ejercen son como los suaves perfumes que dormitan en los cálices de las flores. La sabiduría del Gran Labrador domina las diversas causas que se oponen a que se produzca el resultado deseado, y hace que tanto la aflicción como la consolación extraigan los gratos perfumes de la fe, del amor, de la esperanza, de la paciencia, de la mansedumbre, del gozo y de las otras flores hermosas del jardín. ¡Ojalá que nosotros conozcamos por experiencia lo que esto significa!

FEBRERO 28 - LECTURAS MATUTINAS C. H. SPURGEON

 "De él es mi esperanza". Salmo 62.5

Usar este lenguaje es privilegio del creyente. Si él está esperando algo del mundo, está esperando en vano. Pero si espera en Dios para que Él supla sus necesidades, entonces tanto en las bendiciones materiales como en las espirituales, su esperanza no será en vano. Puede constantemente sacar fondos del banco de la fe y hacer que sus necesidades queden satisfechas por las riquezas de la bondad de Dios. Esto sé: que prefiero tener a Dios como mi banquero que a todos los multimillonarios. Mi Señor nunca falla en el cumplimiento de sus promesas; y cuando las llevamos ante su trono, nunca las devuelve sin cumplir. Por lo tanto, solamente ante su puerta aguardaré pues siempre la abre con la mano de la generosa gracia. Lo probaré otra vez en esta ocasión. 

Pero nosotros tenemos también esperanzas para más allá de esta vida. Pronto moriremos y entonces podremos decir: "De Él es nuestra esperanza". ¿No esperamos que cuando estemos en el lecho del dolor él enviará a sus ángeles para llevarnos a su seno? Nosotros creemos que cuando nos falle el pulso y nuestro corazón palpite dificultosamente algún mensajero angélico estará a nuestro lado y con ojos amorosos nos mirará diciendo: "espíritu hermano, vamos". Y al acercarnos a la puerta celestial, esperamos oír esta invitación de bienvenida: "Venid benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo". Esperamos arpas de oro y coronas de gloria: esperamos estar pronto entre la multitud de seres resplandecientes que están delante del trono. 

Miramos hacia adelante y ansiamos que llegue el tiempo cuando seremos semejantes a nuestro glorioso Señor, porque lo "veremos como él es". Si estas, alma mía, son tus esperanzas, vive para Dios, vive con el deseo y la resolución de glorificar a aquel de quien vienen todas las provisiones, y por cuya gracia demostrada en tu elección, redención y llamamiento, tienes esperanza de la gloria venidera.