Versículo para hoy:

martes, 8 de diciembre de 2015

EL DÍA EN COMÚN - Dietrich Bonhoeffer


Para el cristiano el comienzo del día no debe estar sobrecargado ni obstaculizado por los quehaceres múltiples que le esperan. Cada día que comienza está sometido al Señor que lo creó. Solamente la claridad de Jesucristo y su palabra resucitadora es capaz de disipar la oscuridad, la confusión de la noche y sus quimeras. Ella desvanece toda inquietud, toda impureza, toda aflicción y toda angustia. Por eso, al comienzo de nuestra jornada, debemos acallar todos los pensamientos y palabras inútiles, y dirigir nuestra primera palabra y nuestro primer pensamiento a aquel a quien pertenece toda nuestra vida.

Fragmento del libro VIDA EN COMUNIDAD (Capítulo 2, El día en común).

Grande es Tu fidelidad - Nancy Leigh DeMoss