Versículo para hoy:

viernes, 26 de abril de 2019

Aplicando el evangelio al probador - Nancy DeMoss de Wolgemuth



26 de abril – LA CAUSA ESTÁ DISTANTE

¿Por qué me rechazas, Señor? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Salmos 88:14.

No me pregunto por qué sufren algunos cristianos, pero si no sufrieran entonces sí debo cuestionarme. Los he visto, por ejemplo, descuidar la oración familiar y otros deberes hogareños y sus hijos han llegado a deshonrarlos. Si claman: «¡Qué aflicción!», no nos gusta decir: «Ah, pero debieras haberla esperado, tú fuiste la causa», pero decir eso sería la verdad. Cuando los hijos se marchan del hogar paterno y se entregan al pecado, no nos sorprende que el padre haya tenido un temperamento áspero, amargado y malhumorado. No esperaríamos recoger higos de espinos ni uvas de cardos. Hemos visto hombres que su único pensamiento era: «conseguir dinero, conseguir dinero» y, no obstante, profesan ser cristianos. Tales personas han sido preocupadas e infelices, pero no nos hemos asombrado. No, si se alejan tercamente de Cristo, él se alejará de ellos.

Pero a veces la causa del castigo está más allá. Todo cirujano te dirá que en el comienzo de la vida o en la vejez existen enfermedades que se vuelven problemáticas y que pudieron tener su causa en la juventud debido a alguna maldad o por accidente, y el mal puede haber estado latente todos esos años. Así mismo los pecados de nuestra juventud pueden traernos las penas de nuestros años más maduros, y las faltas y las omisiones de hace veinte años pueden azotarnos hoy. Yo sé que es así. Si la falta fuera de una época tan grande, debiera llevarnos a una búsqueda más completa y a una oración más frecuente.

A través de la Biblia en un año: 1 Corintios 3-4

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.