Versículo para hoy:

martes, 2 de agosto de 2016

Lo que significa conquistar verdaderamente - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – AGOSTO 2

“Espigó en el campo hasta la tarde”. Rut 2:17.

DEBO aprender de Rut, la espigadora. Como ella salió a recoger las espigas de trigo, así tengo yo que salir a los campos de la oración, de la meditación y del culto, y oír la Palabra para recoger alimento espiritual. La espigadora recoge su porción espiga por espiga. Sus ganancias las obtiene poco a poco. Así yo, si no hubiese una gran abundancia de verdades, debo quedar satisfecho con escudriñar sólo algunas de ellas. Cada espiga ayuda a hacer un manojo y cada lección del Evangelio nos ayuda a ser más sabios para la salvación. La espigadora mantiene sus ojos abiertos. Si en un desvarío tropezara contra un rastrojo, no tendría, al atardecer, nada que llevar a casa con regocijo. Debo estar atento a los ejercicios religiosos para que ellos no se hagan vanos para mí. Temo que ya he perdido mucho. Quiera Dios que yo pueda estimar rectamente mis oportunidades y espigar con mayor diligencia. La espigadora se agacha hacia todo lo que halla; y así debo hacer yo. Los espíritus arrogantes critican y objetan, pero los humildes recogen y reciben beneficio. Un corazón humilde es una gran ayuda para oír con provecho el Evangelio. La palabra ingerida que salva el alma no es recibida sin mansedumbre. Una espalda tiesa hace un mal espigador. ¡Abajo, señor orgullo! Eres un vil ladrón que no debe ser soportado un solo momento. Lo que la espigadora recoge lo retiene. Si ella deja caer una espiga para hallar otra, el resultado de su trabajo diario sólo será escaso. Ella es tan solícita para retener como para obtener, y así, al fin, su ganancia es grande. ¡Cuán a menudo olvido lo que oigo! La segunda verdad empuja a la primera fuera de mi cabeza y así lo que leo y oigo termina en nada. ¿Siento debidamente la importancia de atesorar la verdad? Un estómago hambriento hace que la espigadora sea sabia. Si no hay trigo en su mano, no habrá pan en la mesa. Ella trabaja bajo el sentido de la necesidad; de ahí que su paso sea ágil y su posesión firme. Señor, yo tengo una necesidad mayor; ayúdame a sentirla para que ella me estimule en lo sucesivo a espigar en campos que rinden tan abundante galardón a la diligencia.

Charles Haddon Spurgeon.