Sé también que hay pocos que lo admiten. La gran mayoría dirá que es extremista, una locura y exageración pedir tanto del cristiano y exigir que tenga que haber una conversión en cada uno. Dirán que es imposible lograr la norma elevada a la cual acabo de referirme, estando todavía en el mundo, y que se puede ir al cielo sin ser tan santo. A todo esto sólo respondo: ¿Qué dicen las Escrituras? ¿Qué dice el Señor? Escrito está: "El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios". "Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos". "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo". "Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él". (Jn. 3:3; Mt. 18:3; 1 Jn. 2:6; Ro. 8:9). Las Escrituras no se pueden quebrantar. Si algo significan las palabras bíblicas, entonces estar sin el Espíritu es estar "sin Cristo".
Dejo con usted las tres proposiciones que acabo de presentar para que las analice reflexivamente y con espíritu de oración. Fíjese bien en la conclusión de cada una. Examine bien todos sus aspectos. Es absolutamente necesario tener parte con Cristo para salvación y el conocimiento, la fe y la gracia del Espíritu Santo. El que no los tiene está "sin Cristo".
¡Cuán tristemente ignorantes son muchos! No saben literalmente nada del cristianismo. Para ellos Cristo, el Espíritu Santo, la fe, la gracia, la conversión y santificación son sólo "palabras y nombres". No podrían explicar bajo ningún concepto lo que significan. ¿Puede tal ignorancia llevar a alguien al cielo? ¡Imposible! ¡No tener conocimiento, es estar "sin Cristo"!
¡Qué lastimosamente farisaicos son muchos! Hablan muy satisfechos de sí mismos acerca de haber "cumplido su deber", de ser "buenos con todo el mundo", de ser "fieles a su iglesia" y de "nunca haber hecho nada realmente malo" como otros y que, por lo tanto, ¡están seguros de que irán al cielo! No parece tener ningún lugar en sus creencias el sentido profundo de pecado y la fe sencilla en la sangre y el sacrificio de Cristo. Todo lo que dicen se trata de hacer y nunca de creer. ¿Y llevará a alguien al cielo este fariseísmo? ¡Nunca! ¡No tener fe, es estar "sin Cristo"!
¡Cuán tristemente impíos son muchos! Viven en un abandono habitual del Día del Señor, de la Biblia del Señor y de las ordenanzas del Señor. No les importa hacer las cosas que Dios ha prohibido terminantemente. Viven siempre contrariando los mandamientos de Dios. Entonces, ¿puede semejante impiedad terminar en salvación? ¡Imposible! ¡No tener al Espíritu Santo es estar "sin Cristo"!
Sé muy bien que, a primera vista, estas afirmaciones parecen duras, fuertes, ásperas y severas. Pero, al final de cuentas, ¿acaso no constituyen la verdad de Dios que nos ha sido revelada en las Escrituras? De ser así, ¿no hemos de darlas a conocer? Si algo sé de mi propio corazón, es que anhelo por sobre todas las cosas, magnificar las riquezas del amor de Dios por los pecadores. Ansío contarle a toda la humanidad acerca de la abundancia de misericordia y benevolencia en el corazón de Dios para todo aquel que las busque. ¡Pero no encuentro en ninguna parte, que diga que la persona ignorante, incrédula y no convertida tendrá parte con Cristo! Si me equivoco, agradeceré a cualquiera que pueda mostrarme un camino más excelente. Pero hasta que alguien lo haga, mantendré firmemente las posiciones que ya he presentado. No me atrevería a apartarme de ellas, no suceda que sea hallado culpable de manejar engañosamente la Palabra de Dios. No me atrevería a quedarme en silencio en cuanto a ellas, no sea que alguno se perdiera por mi culpa. ¡La persona sin conocimiento, sin fe y sin el Espíritu Santo es una persona "sin Cristo"!