Versículo para hoy:

lunes, 25 de diciembre de 2017

Comienza el día con Dios - Nancy DeMoss de Wolgemuth

Diciembre 25. Su nacimiento y nuestro nuevo nacimiento

"Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Emmanuel", Mateo 1:23.

Su nacimiento en la historia. "...El Santo Ser que va a nacer será llamado Hijo de Dios", Lucas 1:35.
Jesucristo nació en este mundo, pero no procedía de él. No surgió de la historia; entró en ella desde afuera. Jesucristo no es el mejor ser humano del que se pueda jactar la humanidad. Él es un ser del cual la raza humana no puede dar explicación alguna. Él no es un hombre que se hizo Dios, sino el Dios encarnado, el Dios que se manifestó en carne humana, el que entró en ella desde afuera. Aunque su vida es la más alta y sublime, Él entró por la puerta más humilde. El nacimiento de nuestro Señor fue un advenimiento, la aparición de Dios en forma humana.


Su nacimiento en mí. "Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros", Gálatas 4:19.

Así como nuestro Señor entró en la historia humana desde afuera, también debe entrar en mí desde afuera. ¿He permitido que mi vida sea una aldea de "Belén" para el Hijo de Dios? No puedo entrar en el ámbito del reino de Dios, a menos que haya nacido de arriba mediante un nacimiento totalmente diferente al físico. "Os es necesario nacer de nuevo", Juan 3:7. Este no es un mandamiento, sino un hecho que se fundamenta en la autoridad de Dios. La característica del nuevo nacimiento es que me rindo a Dios de una manera tan plena que Cristo se forma en mí. Tan pronto esto ocurre, su naturaleza empieza a actuar a través de mí.
Dios manifestado en carne. Esto es totalmente posible para ti y para mí por medio de la redención del hombre a través de Jesucristo.



Fuente: EN POS DE LO SUPREMO de Oswald Chambers.