Versículo para hoy:

lunes, 8 de enero de 2018

Puertas abiertas y corazones abiertos - Nancy DeMoss de Wolgemuth



ENERO 8

“Bienaventurados los de limpio corazón porque ellos verán a Dios”. Mateo 5:8.

La limpieza de corazón es la cosa esencial a la cual aspirar. Necesitamos ser hechos limpios por dentro por el Espíritu y la Palabra, y entonces seremos limpios por fuera por la consagración y la obediencia. Hay una relación íntima entre los efectos y la inteligencia: si amamos el mal, no podemos comprender lo bueno. Si el corazón es sucio, el ojo será turbio. ¿Cómo pueden tales hombres ver a un Dios santo, cuando aman cosas impías?

¡Qué privilegio es el de ver a Dios aquí! ¡Sólo una mirada hacia Él constituye el cielo sobre la tierra! En Cristo Jesús los limpios de corazón ven al Padre. Vemos a Dios, su verdad, su amor, su propósito, su soberanía, su pacto, sí, le vemos en Cristo. Pero esto sólo se percibe cuando se impide al pecado la entrada en el corazón. Solamente los que aspiran a la piedad pueden clamar: “mis ojos están siempre hacia Jehová”. El deseo de Moisés: “Ruégote que me muestres tu gloria”, solamente puede ser cumplido en nosotros cuando nos purificamos de toda iniquidad. Nosotros “le veremos como Él es”; y “cualquiera que tiene esta esperanza en Él, se purifica”. El gozo de la presente comunión y la esperanza de la visión beatífica son motivos urgentes para pureza de corazón y de vida. ¡Señor, haznos limpios de corazón, para que te veamos!

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.