Versículo para hoy:

miércoles, 18 de mayo de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – MAYO 18

“Después”. Hebreos 12:11.

CUAN felices son los cristianos “¡después!”. No hay calma más profunda que aquella que sigue a una tormenta. ¿Quién no se regocijó en el claro resplandor que sigue a la lluvia? Los banquetes victoriosos son para los soldados bien ejercitados. Después de matar al león comemos la miel; después de escalar el Collado de la Dificultad nos sentamos en el cenador a descansar. Después de atravesar el valle de la humillación, después de luchar con Apollión, aparece la claridad con la rama sanadora del árbol de la vida. Nuestras aflicciones, a semejanza de las quillas de las naves, dejan “después” una plateada línea de santa luz detrás de ellas. Esta es la paz; la dulce, profunda paz que siguió a la horrible inquietud que reinó una vez en nuestras atormentadas y culpables almas. ¡Mira pues, la feliz posición del cristiano! El tiene sus mejores cosas al final; por eso recibe primero en este mundo sus cosas peores, pero aún sus peores cosas son “después” cosas buenas; la dura labranza trae alegres cosechas. Aún ahora el cristiano se enriquece con sus pérdidas, se levanta con sus caídas, vive por la muerte y se llena vaciándose. Si sus penosas aflicciones le rinden tan pacíficos frutos en esta vida, ¿qué será la completa vendimia de gozo que tendrá “después” en el cielo? Si sus noches oscuras son tan claras como los días del mundo, ¿qué serán sus días? Si la luz de sus estrellas es más brillante que la del sol, ¿qué será la luz de su sol? Si puede cantar en un calabozo, ¿cuán melodiosamente cantará en el cielo? Si puede alabar al Señor en el fuego, ¿cómo lo ensalzará delante del trono del Eterno? Si la aflicción le es buena ahora, ¿qué será para él la sobreabundante bondad de Dios “después”? ¡Oh bendito “después”! ¿Quién no quiere ser cristiano? ¿Quién no quiere llevar la presente cruz por la corona que viene después? Pero, aquí está la obra de la paciencia, pues el reposo no es para hoy, ni el triunfo para el presente, sino para “después”. Aguarda, alma, y deja que la paciencia tenga su obra perfecta.

Charles Haddon Spurgeon.

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