Versículo para hoy:

sábado, 6 de abril de 2024

Remedios Preciosos Contra Las Artimañas Del Diablo - Tomás Brooks

 

Capítulo 18

Ahora en este último capítulo vamos a pensar en algunos hechos importantes que los creyentes deben considerar cuando son tentados:

PRIMERO, los creyentes no deben echar la culpa de sus pecados a satanás. Ellos mismos tienen una naturaleza pecaminosa la cual hace que el pecado les parezca atractivo. Satanás les puede conducir hacia el pecado, pero no puede obligarles a que pequen. Satanás les puede persuadir a pecar pero no les puede forzar a efectuarlo. Entonces los creyentes cuando caen en el pecado, no deben excusarse diciendo que satanás les tentaba; son todavía responsables por sus pecados.

SEGUNDO, al mismo tiempo los creyentes deben darse cuenta de que satanás tiene algo que ver con la mayoría de sus pecados. Fue satanás quien tentó a Adán y Eva. Satanás puso en el corazón de Judas el entregar a Cristo a sus enemigos. Sin embargo, satanás necesita dos clases de permiso antes de que pueda hacer algo en los creyentes:

1-       Veamos del caso de Job: Satanás tuvo que pedirle permiso a Dios antes de poder hacerle cosa alguna a Job. Dios dijo a satanás que podía atacar a Job pero que no quitara su vida. Entonces, satanás necesita conseguir el permiso de Dios para poder atacar a los creyentes.

2-        En el libro de Hechos vemos cómo satanás llenó el corazón de Ananías para que mintiera a los apóstoles y a Dios; sin embargo, el apóstol Pedro preguntó a Ananías por qué dejaba que satanás llenara su corazón. Entonces podemos ver que Ananías dio permiso a satanás para que le condujera a ese pecado. (Hech.5:3) Entonces satanás necesita conseguir el permiso de los creyentes antes de poder hacerles daño.

TERCERO, las únicas armas que son útiles para resistir al diablo son espirituales. “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.” (Efe.6:11) La fuerza humana es impotente en contra del diablo. Las buenas intenciones, la voluntad humana y las mejores resoluciones no son suficientes en esta lucha. Satanás es demasiado fuerte, los creyentes necesitan el poder de Dios y la verdad de Dios para resistir las tentaciones. Cristo le contestó al diablo con la palabra de Dios. Pablo dice a los creyentes que se fortalezcan en el Señor y en el poder de su fuerza. (Efe.6:10)

CUARTO, los creyentes deben acordarse de que satanás ya ha sido derrotado. Cristo triunfó sobre satanás cuando murió en la cruz. Ahora proporciona a su pueblo el poder para vencer a satanás. Algún día la victoria de Cristo sobre satanás se manifestará a los ojos del mundo. “El Dios de paz aplastará en breve a satanás bajo vuestros pies.” (Rom.16:20) Satanás es un adversario derrotado. Cristo le ha derrotado y pone en nuestras manos las armas para derrotarlo también. Mientras tanto, satanás sigue atacando a los creyentes. ¿Por qué tiene poder satanás de tentar a los creyentes? Le es permitido tentar a los creyentes para mantenerlos humildes, despiertos y conscientes de su dependencia del poder de Dios. Satanás ha estado desarrollando su capacidad para tentar a los creyentes desde la caída. Durante miles de años ha tenido experiencia tentando a los creyentes. Apocalipsis le llama, “la serpiente antigua.” (Apo.12:9) A veces se le permite a satanás tentar a los creyentes porque rehúsan obedecer a Dios. En ocasiones Dios les deja recibir lo que merecen; son engañados y derrotados por satanás. También se le permite a satanás tentar a los creyentes para que se muestre el poder y la misericordia de Dios. Cuando los creyentes son fortalecidos para pelear contra satanás y resultan vencedores, Dios es glorificado. Entonces no es sorprendente que la vida cristiana sea una guerra continua contra el maligno. En seguida mencionaremos algunas maneras en que los creyentes pueden fortalecerse para este conflicto espiritual:

Los creyentes deben andar conforme a las reglas de Dios. La Biblia, la Palabra de Dios debe gobernar en sus vidas. El descuido de la Palabra de Dios le da a satanás una ventaja. El que piensa que no necesita depender de la guía de la Palabra será desviado y engañado por el diablo.

Los creyentes deben tener cuidado de no contristar al Espíritu Santo. El Espíritu Santo nos enseña como vencer al diablo, como evitar sus trampas y artimañas. El Espíritu Santo nos fortalece para la batalla. “El que en vosotros está, es mayor que el que está en el mundo.” (1Jn.4:4)

Los creyentes deben buscar más sabiduría y madurez espiritual. El conocimiento de la verdad no basta. Nos hace falta la sabiduría y la madurez espiritual para poner en práctica nuestro conocimiento. El libro de proverbios nos servirá mucho para ir adquiriendo esta sabiduría.

Los creyentes deben seguir siendo llenos del Espíritu Santo. No es suficiente que el Espíritu more en nosotros; “Sed llenos del Espíritu.” (Efe.5:18) Esto es más que el mero hecho de no contristar al Espíritu Santo. Significa dejarnos guiar y controlar por el Santo Espíritu., significa crecer en las virtudes del Espíritu que son contrarias a los frutos de la carne que el diablo utiliza para tentarnos.

Debemos velar. Satanás nos está vigilando y nosotros debemos estar alertas. El alma que no vela contra las tentaciones inevitablemente caerá bajo el poder de ellas. “Velad y orad para que no entréis en tentación.” (Mat.26:41)

Los creyentes deben resistir a satanás al principio de la tentación. No deben discutir con él, sino que deben huir de el. Eva se puso a argumentar con el diablo y terminó vencida. Santiago 4:7 dice, “Resistid al diablo que de vosotros huirá.”

 

Debemos mantener nuestra comunión con Dios. Mientras David mantuvo su comunión con Dios, estuvo firme y triunfó sobre todos sus enemigos. Cuando se relajó y descuidó la comunión con Dios, fue derrotado fácilmente por las tentaciones del diablo.

Los creyentes deben orar y buscar nuevas fuerzas cada día. No pueden contar con la fuerza que tuvieron en el pasado; necesitan nuevas fuerzas cada día. Necesitan recibir fortaleza continuamente. Esta fortaleza puede recibirse solamente por la oración, el estudio de las Escrituras y el compañerismo cristiano.


Por último, debemos estar muy agradecidos cuando escapamos de los ataques del diablo. Es una bendición muy grande cuando somos ayudados por Dios a resistir la tentación. Escapamos del peligro y de muchas tristezas que de otro modo habríamos sufrido. Mientras que los demás hombres son llevados cautivos por el enemigo de sus almas, los creyentes deben estar agradecidos que no les suceda lo mismo.

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