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Esa acusación a los cristianos les debe haber parecido aún más irreal e incapaz de cumplirse para los paganos de Éfeso que para los americanos de hoy. ¿Por qué se menciona ahí? No por
considerar que el cristianismo es negativo y remilgado. Todas las Escrituras
han sido escritas para beneficio de la humanidad. El propósito que tiene Dios
al decirnos la verdad es para que nosotros podamos participar en toda la
plenitud de la vida. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).
¿Por qué está aquí este pasaje? Es
porque, como dice Pablo, tan sólo mencionar la inmoralidad sexual, la
impureza o la avaricia es inapropiado entre los santos. La palabra que escoge
es una palabra que significa “decoroso”, “beneficioso”, “atractivo”,
“refrescante”. ¿Quién de nosotros no ha pasado por la experiencia de verse
expuesto a algo asqueroso, obsceno o inapropiado en lo que se refiere a temas
sexuales, pasando por esta experiencia sintiéndose sucio o impuro? ¡Qué cosa
tan refrescante es encontrarse entre un grupo de personas que hablan acerca
de temas sanos, cuyo tiempo y conversación tienen que ver con cosas que son
sanas. Es a eso a lo que se refiere el apóstol. Por implicación, el
participar en conversaciones que no son apropiadas es algo nocivo, impropio,
feo, degradante y deshonroso.
En la actualidad se nos dice que
todo el sexo es precioso y natural, que pertenece a la misma clase que
cualquiera de los otros deseos e impulsos corporales naturales y, por lo
tanto, deberíamos de sentirnos libres para satisfacerlos de manera abierta de
forma que satisfacemos cualquier otra necesidad corporal, sin sentir
vergüenza ni tener que pedir perdón por hacerlo.
Esta idea de que todo el sexo,
cualquier sexo, es natural y precioso es una mentira. Como todas las mentiras
poderosas, deriva su fortaleza de basarse en una verdad parcial. Es verdad
que el sexo está relacionado con nuestro cuerpo físico como el hambre o la
sed o la necesidad de dormir o cualquier otro deseo físico. Pero lo que nunca
se dice es que estos otros deseos o impulsos requieran también una regla o
control. No son algo que satisfagamos por la voluntad, en cualquier momento o
en cualquier lugar.
Al igual que estas otras
necesidades naturales, el sexo requiere unas normas y restricciones ¡y la
norma establecida para el sexo es el matrimonio! El matrimonio es la manera
de regular el sexo de manera que sea algo correcto, sano y beneficioso.
Cualquier otra cosa se convierte en una violación, no sólo en lo que se
refiere a lo que es apropiado en la sociedad cristiana, sino también de
humanidad elemental. Hay una cosa que es claramente verdad: el sexo es
evidentemente algo mucho más complicado que cualquiera de las otras
necesidades o instintos naturales. Esto requiere un compañero, cosa que no
sucede con ningún otro estímulo, y no sólo se trata de una unión física, sino
también de una unión psicológica. De hecho, y esto es algo que se olvida con
frecuencia, es la unión psicológica que es la más importante de las dos.
Se pretende que el sexo sea una
unión total de dos personas y sólo en el matrimonio es posible semejante
unión. Es la entrega total de dos personas, la una a la otra, en cuerpo, alma
y espíritu, con todas sus posesiones, su nombre, con todo lo que les
pertenece. Esta clase de unión sólo es posible dentro del matrimonio.
Padre, te pido que me ayudes a
prestar atención a estas importantes palabras y a tomármelas muy en serio, no
a leerlas con ligereza o a olvidarlas, entregándome a prácticas inapropiadas
y a pensamientos inapropiados.
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Aplicación a la vida
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Las mentiras derivan su fuerza de
la verdad parcial. Cuando se escuchan las mentiras con suficiente frecuencia,
se convierten en verdades para muchas personas. ¿A qué poderosa mentira
acerca del sexo estamos nosotros continuamente expuestos?
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Versículo para hoy:
sábado, 21 de marzo de 2020
21 de marzo - ¿Nueva moralidad o antigua necedad? - Ray Stedman
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