Versículo para hoy:

sábado, 3 de diciembre de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – DICIEMBRE 3

“Jehová el poderoso en batalla”. Salmo 24:8.

BIEN puede nuestro Dios ser admirable en los ojos de su pueblo si tenemos en cuenta que él ha obrado semejantes maravillas por ellos, en ellos y por medio de ellos. Por ellos, el Señor Jesús derrotó en el Calvario a todos los enemigos, haciendo pedazos las armas del adversario por medio de su perfecta obra de expiatoria obediencia. Por su triunfante resurrección y ascensión hizo desaparecer las esperanzas del infierno, llevando cautiva la cautividad, sacando a la vergüenza en público a nuestros enemigos y triunfando de ellos por su cruz. Toda flecha de culpa que Satán pudiera arrojarnos, está rota; porque, ¿quién puede tramar algo para acusar a los elegidos de Dios? Inútiles son las filosas espadas de la malicia infernal y los perpetuos combates de la simiente de la serpiente, pues en la Iglesia, el cojo toma la presa y los soldados más débiles son coronados. Los salvados bien pueden adorar a su Señor por las conquistas que él obtuvo en ellos, pues las flechas de la natural enemistad de los mismos fueron quebradas y las armas de rebelión, rotas. ¡Qué victoria ha conseguido la gracia en nuestros malvados corazones! ¡Cuán glorioso es Jesús cuando la voluntad es sometida y el pecado destronado! En cuanto a las maldades que nos quedan, estas sufrirán igualmente una segura derrota, y toda tentación, toda duda y todo temor serán enteramente destituidos. En el Salem de nuestros pacíficos corazones, el nombre de Jesús es incomparablemente admirable. El ha ganado nuestro amor y él lo utilizará. También podemos esperar victorias seguras, obtenidas por nosotros. Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por medio de nuestra fe, de nuestro celo y santidad derribaremos las potestades de las tinieblas que están en el mundo; conquistaremos a los pecadores para Jesús; trastornaremos falsos sistemas y convertiremos naciones, pues Dios es con nosotros y ninguno podrá resistirnos. Que esta noche cada soldado cristiano entone el canto de guerra y se prepare para el combate de mañana. Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.

Charles Haddon Spurgeon.

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