Versículo para hoy:

sábado, 22 de octubre de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – OCTUBRE 22

“El tomará de lo mío y os lo hará saber”. Juan 16:14.

HAY ocasiones cuando, si una mano bondadosa no nos las aplica, las promesas y las doctrinas de la Biblia no tienen para nosotros ningún valor. Estamos sedientos pero nos sentimos demasiado abatidos para arrastrarnos hasta el arroyo de agua. Cuando un soldado es herido en alguna batalla, le vale poco el saber que en el hospital están quienes pueden vendar sus heridas, y que hay allí medicinas para aliviar los dolores que está sufriendo. Lo que él necesita es que lo lleven allí y le apliquen los remedios. Así acontece con nuestras almas. Para satisfacer esta necesidad existe uno, el Espíritu de verdad, que toma de lo que pertenece a Jesús y nos lo aplica a nosotros. No pienses que Cristo haya colocado sus gozos en los estanques del cielo para que nosotros subamos, por nuestros propios medios, hasta donde están. No; al contrario; es Cristo el que se acerca a nosotros y derrama su paz en nuestros corazones. ¡Oh, cristiano, si esta noche estás sufriendo bajo el peso de profunda angustia, tu Padre no te hará promesas para dejar, luego, que tú las saques de la Palabra como se sacan los baldes de un pozo, sino que, como escribió esas promesas en su Palabra, las escribirá también en tu corazón. El te manifestará su amor y, por su bendito Espíritu, disipará tus ansiedades y aflicciones. Sabe esto, oh afligido, que es prerrogativa de Dios enjugar toda lágrima de los ojos de su pueblo. El buen samaritano no dijo al que había caído en manos de ladrones: “Aquí tienes el vino y el aceite”, sino se los derramó en las heridas. Así Jesús no sólo te da el dulce vino de la promesa, sino que acerca el cáliz de oro a tus labios y derrama en tu boca la sangre que da vida. Al pobre, al enfermo, al cansado peregrino, no sólo se le da fuerzas para andar, sino es llevado sobre alas de águila. ¡Glorioso Evangelio, que provees de todo al desvalido; que te acercas a nosotros cuando no podemos alcanzarte y nos traes gracia antes que la busquemos! Aquí hay tanta gloria en el dar como en la dádiva. ¡Feliz el que tiene el Espíritu Santo para que este le traiga a Jesús!

Charles Haddon Spurgeon.

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