Versículo para hoy:

viernes, 14 de octubre de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – OCTUBRE 14

“Y no os conforméis a este siglo”. Romanos 12:2.

SI un cristiano pudiese, por casualidad, ser salvado, a pesar de conformarse a este mundo, tendría, de cualquier forma, que serlo así como por fuego. Tan pobre salvación tiene que ser casi tan temida como deseada. Lector, ¿quieres dejar este mundo en medio de las sombras de un desesperado lecho de muerte y entrar en el cielo como un marinero náufrago que trepa las rocas de su país nativo? Entonces, sé un mundano; mézclate con los adoradores de Mammón y niégate a salir fuera del real llevando el vituperio de Cristo. ¿Quieres por el contrario, tener un cielo aquí abajo como también otro arriba? ¿Quieres comprender con todos los santos cuál sea la altura y la profundidad y conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento? ¿Quieres recibir una abundante entrada en el gozo de tu Señor? Entonces, sal de en medio de ellos y apártate y no toques lo inmundo. ¿Quieres lograr la plena certidumbre de fe? Ten presente que no la podrás lograr mientras te juntes con los pecadores. ¿Quieres inflamarte con vehemente amor? Entonces, cuídate, porque, de lo contrario ese amor será apagado por el compañerismo con los impíos. Mientras cedas a los principios mundanos y a las vulgares costumbres de los hombres del mundo no podrás llegar a ser un gran cristiano; quizás seas un niño en la gracia, pero nunca podrás ser un hombre perfecto en Cristo Jesús. Es malo que un heredero del cielo tenga mucha amistad con los herederos del infierno. Hay que sospechar algo malo cuando un cortesano tiene demasiada intimidad con los enemigos de su rey. Las pequeñas polillas destruyen costosos vestidos, y un poco de frivolidad y otro de ruindad quitarán a la religión mil goces. ¡Oh, tú, que profesas ser cristiano, pero, sin embargo, estás tan poco separado de los pecadores, no sabes lo que pierdes por conformarte al mundo! Esa conformidad rompe los tendones de tu poder y te hace gatear en lugar de correr. Entonces, en bien de tu propio solaz y de tu crecimiento en la gracia, si eres cristiano, sé un cristiano, pero un cristiano señalado y distinto.

Charles Haddon Spurgeon.

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