Versículo para hoy:

viernes, 23 de septiembre de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – SEPTIEMBRE 23

“Jesús le dijo: Si puedes creer”. Marcos 9:23.

UN hombre tenía un hijo endemoniado que era atormentado por un espíritu mudo. El padre, habiendo visto el fracaso de los esfuerzos de los discípulos para sanar a su hijo, tenía poca o ninguna fe en Cristo y, por consiguiente, cuando Jesús le mandó que le trajese al hijo, el padre respondió: “Si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros”. Ahora bien, en esa pregunta había un “si”, pero el pobre y tembloroso padre había colocado ese “si” en un lugar que no correspondía. Jesús, por lo tanto, sin ordenarle que quitara el “si”, lo puso, muy afablemente, en su correspondiente lugar. “No”, me parece oírle decir, “no debe haber ningún «si» en cuanto a mi poder o en cuanto a mi buena voluntad. Ese «si» hay que colocarlo en algún otro lugar”. “Si puedes creer, al que cree todo es posible”. La fe del hombre se afirmó; además pidió al Señor que se la aumentara y, al momento, Jesús pronunció la palabra y el demonio salió con la orden de no volver jamás. Hay aquí una lección que necesitamos aprender. Nosotros, a semejanza de este hombre, vemos que, a veces, hay que usar un “si” en alguna parte, pero estamos siempre errando el lugar donde debe colocarse. “Si” Jesús puede ayudarme; “si” él puede darme gracia para vencer la tentación; “si” puede perdonarme; “si” puede hacerme salir victorioso… No, no es así; pues “si” tú puedes creer, Jesús puede y quiere. Tú has puesto el “si” fuera de lugar. Si tú puedes creer, con confianza, todas las cosas son posibles para Cristo, y así todas las cosas serán posibles para ti. La fe tiene valor ante el poder de Dios, y está ataviada con el poder del Altísimo. Está vestida con el ropaje real y cabalga sobre la cabalgadura del Rey, pues esa es la gracia que el Rey se complace en honrar. Ciñéndome con la gloriosa potencia del poderoso Espíritu, la fe se hace poderosa, en la omnipotencia de Dios, para obrar, para aventurarse y para sufrir. Todas las cosas, sin limitación alguna, son posibles para el que cree. Alma mía, ¿puedes tú esta noche creer en tu Señor?

Charles Haddon Spurgeon.

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