Versículo para hoy:

viernes, 13 de mayo de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – MAYO 13

“Jehová es mi porción”. Salmos 119:57.

CONTEMPLA tus posesiones, oh creyente, y compara tu porción con la suerte de tus semejantes. Algunos de ellos tienen su porción en el campo. Son ricos y sus cosechas les producen un aumento de oro; pero, ¿qué son las cosechas comparadas con tu Dios, que es el Dios de las cosechas? ¿Qué son los graneros rotos comparados con él, que es el labrador, que te alimenta con el pan del cielo? Algunos tienen su porción en la ciudad. Sus riquezas son abundantes y fluyen en sus cajas a raudales, hasta que se transforman en un verdadero depósito de oro; pero, ¿qué es el oro comparado con tu Dios? Tú no podrías nutrirte de él; tu vida espiritual no podría ser sustentada con él. Pon el oro sobre una conciencia turbada, ¿podría él quitar sus penas? Aplícalo a un corazón desalentado y mira si el oro puede reprimir un solo gemido o dar un dolor menos. Pero tú tienes a Dios y en él tienes más que lo que el oro o las riquezas podrían comprar. Algunos tienen su porción en lo que la mayor parte de los hombres más ambicionan, es, a saber, en el aplauso y en la fama; pero pregúntate a ti mismo, ¿no es tu Dios para ti más que todo eso? Si una miríada de clarines tocara fuerte en tu honor, ¿te prepararía eso para cruzar el Jordán o te alentaría ante la perspectiva del juicio? No; hay dolores en la vida que las riquezas no pueden aliviar, y existe la gran necesidad de la hora de la muerte para la cual ninguna riqueza puede hacer provisión. Pero si tienes a Dios como tu porción, tienes más que todo el resto puesto junto. En él toda necesidad se satisface, ya sea en la vida como en la muerte. Con Dios como tu porción, eres realmente rico, porque él suplirá tu necesidad, confortará tu corazón, mitigará tu dolor, guiará tus pasos, estará contigo en el valle de la sombra de la muerte y, después, te llevará al hogar para gozar de él como tu porción para siempre. “Yo tengo suficiente”, dijo Esaú. Esto es lo mejor que un mundano puede decir. Pero Jacob le replicó: “Yo tengo todo”, que es una nota demasiado alta para las mentes carnales.

Charles Haddon Spurgeon.

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