Versículo para hoy:

viernes, 19 de febrero de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – FEBRERO 19

“Halló primero a su hermano Simón”. Juan 1:41.

ES este un excelente ejemplo de todos los casos donde la vida espiritual es vigorosa. En cuanto un hombre halla a Cristo, enseguida trata de hallar él mismo a otros. No creo que hayas probado la miel del Evangelio, si puedes comerla sin hacer que otros participen de ella. La verdadera gracia pone fin a todo monopolio espiritual. Andrés primero halló a su hermano Simón, y después a otros. El parentesco exige que le dediquemos a los nuestros los primeros esfuerzos individuales. Andrés, hiciste bien en empezar con Simón. Dudo que no haya cristianos que reparten tratados en las casas de otras personas que no harían bien en repartirlos a los suyos; dudo que no haya alguno ocupado en obras de utilidad general que no olvide su gran esfera de utilizar en el hogar. Puede ser que seas o no seas llamado a evangelizar a la gente de una localidad particular, pero, sin duda, serás llamado a hacerlo con tus sirvientes, con tus parientes y conocidos. Que tu religión empiece en casa. Muchos mercaderes exportan sus mejores comodidades; el cristiano no debe hacerlo. Sin duda el cristiano debe observar en todo lugar una conducta irreprochable, pero los más sabrosos frutos de vida espiritual y testimonio debe producirlos en su propia familia. Cuando Andrés salió para hallar a su hermano, no se imaginó cuán famoso este llegaría a ser. Por lo que se desprende del relato bíblico, Simón Pedro valía diez veces más que Andrés, sin embargo, Andrés fue el medio para llevarlo a Jesús. Quizás seas pobre en talentos, pero puedes ser el medio para conducir a Cristo a alguno que llegará a ser ilustre en gracia y en obras. ¡Ah!, querido amigo, poco conoces las posibilidades que hay en ti. Quizás sólo puedas hablar algunas palabras a un niño, pero posiblemente hay en ese niño un corazón noble que animará a la Iglesia Cristiana en los días venideros. Andrés tenía sólo dos talentos, pero halló a Pedro. Ve y haz tú lo mismo.

Charles Haddon Spurgeon.

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