Versículo para hoy:

sábado, 13 de febrero de 2016

LECTURAS VESPERTINAS – FEBRERO 13

“Ahora, pues, ninguna condenación hay”. Romanos 8:1.

VEN, alma mía, piensa en esto. Al creer en Jesús, te libras real y efectivamente de la culpa; sales fuera de la prisión. No permaneces más en cadenas, como un esclavo; quedas libre ahora de la esclavitud de la ley y del pecado, y puedes andar libremente, pues la sangre de tu Salvador ha logrado tu completa absolución. Ahora tienes derecho de acercarte al trono de tu Padre. Ninguna llama de venganza hay ahora allí para espantarte; ninguna espada encendida. La justicia no puede castigar al inocente. Tus incapacidades son quitadas. Tú eras una vez incapaz de ver el rostro de tu Padre, pero lo puedes ver ahora. No podías hablar con él, pero ahora tienes acceso con confianza. En otro tiempo había en ti temor al infierno, pero ahora no temes más, pues, ¿cómo puede haber castigo para el inocente? El que cree no es condenado, y no puede ser castigado. Y además de todo eso, los privilegios que tú hubieras gozado si no hubieses pecado, son ahora, que eres justificado, tuyos. Todas las bendiciones que hubieras tenido si hubieses guardado la ley, y mucho más, son tuyas porque Cristo las ha reservado para ti. Todo el amor y la aceptación que la obediencia perfecta podría haber conseguido de Dios te pertenecen, porque Cristo fue perfectamente obediente por ti y te ha imputado todos sus méritos para que tú puedas ser muy rico por medio de él, que por tu causa se hizo muy pobre. ¡Oh, cuán grande es la deuda de amor y de gratitud que debes a tu Salvador!
¡Amado Cristo!, no podré
Jamás pagar tu amor;
Mas lo que tengo doy a ti.
Tu siervo soy, Señor.

Charles Haddon Spurgeon.

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