Versículo para hoy:

sábado, 14 de diciembre de 2019

14 de diciembre - LA ENEMISTAD DE DIOS

Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Sentí envidia de los arrogantes, al ver las prosperidad de esos malvados. Salmos 73:2-3.

Cuando Dios se convierte en el enemigo de un hombre y lucha contra él, este está en un gran aprieto. Con otros enemigos podemos luchar con alguna esperanza de tener éxito, pero no con el Omnipotente. Enemistarse con otros es aflicción, pero enemistarse con Dios es destrucción. Si él resulta ser nuestro enemigo, entonces todo se vuelve en nuestra contra. «Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?» (Romanos 8:31). Pero, si Dios está en contra de nosotros, ¿quién puede estar de nuestra parte?
Los hombres pudieran intentar persuadirse de que a Dios no le importa, que no tiene importancia para él cómo actúen los hombres, ya sea que guarden o quebranten sus leyes. Los hombres pudieran alegar que él «es bondadoso con los ingratos y malvados» (Lucas 6:35), y que lo mismo les sucede tanto a los justos como a los malvados; y por el momento así parece en verdad. La limitación de nuestra vista hasta puede asegurarnos que los impíos prosperan y se llevan la mejor parte, pero esto es solo debido a nuestra ceguera.
Dios detesta el pecado ahora y siempre. No sería Dios si no fuera así. Dios siente una justa indignación contra toda clase de mal: esto motiva la ira en su Espíritu. Algunos creen en un Dios impasible pero no hay duda alguna de que al Dios de la Biblia nunca se le describe así. Las Santas Escrituras lo presentan a la manera de los hombres. Si lo presentaran a la manera de Dios, ni tu ni yo podríamos entender nada de esa descripción; pero según se nos presenta en las Escrituras, el Señor advierte el pecado, lo siente, se enoja con él, el pecado lo irrita y su Espíritu Santo se exaspera ante la rebelión de los hombres.

A través de la Biblia en un año: Oseas 12-14

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

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