Versículo para hoy:

martes, 29 de octubre de 2019

29 de octubre – UN PARIENTE CERCANO

«¡Que el Señor lo bendiga!» exclamó Noemí delante de su nuera. «El Señor no ha dejado de mostrar su fiel amor hacia los vivos y los muertos. Ese hombre es nuestro pariente cercano; es uno de los parientes que nos pueden redimir». Rut 2:20.

Tenemos la tentación de considerar la humanidad de nuestro Señor como algo muy diferente a nuestra propia humanidad; estamos prestos a espiritualizarla y no pensar en él como hueso de mis huesos y carne de mi carne. Todo esto es un grave error, podemos pensar que estamos honrando a Cristo al tener tal concepción, pero Cristo nunca se siente honrado con algo que no sea verdad. Él fue un hombre, un verdadero hombre, un hombre de nuestra misma raza, el Hijo del Hombre. Es cierto que fue un hombre representativo, el segundo Adán: «Ya que ellos son de carne y hueso, él también compartió esa naturaleza» (Hebreos 2:14).

Ahora bien, esa participación en nuestra naturaleza lo acerca a nosotros. En su naturaleza como hombre, aunque también era Dios, fue, de acuerdo a la ley hebrea, nuestro pariente, nuestro pariente cercano. Ahora, según la ley, si se perdía una herencia, el pariente más cercano tenía derecho a redimirla. Nuestro Señor Jesucristo ejerció su derecho legal y, al vernos vendidos como esclavos y privados de nuestra herencia, vino para redimirnos, tanto a nosotros como a todas nuestras posesiones perdidas. Es una gran bendición tener un pariente como ese. La circunstancia de mayor gracia en la vida de Rut fue dirigirse a los campos de Booz y descubrir que él era su pariente cercano. Y nosotros que hemos espigado en los campos de la misericordia alabamos al Señor porque su Hijo único es nuestro pariente cercano, nuestro hermano, nacido para la adversidad.

A través de la Biblia en un año: Isaías 57-60

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

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