Versículo para hoy:

martes, 16 de julio de 2019

16 de julio – EL HOMBRE CONSAGRADO

A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en abundancia para que lo disfrutemos. Mándales que hagan el bien, que sean ricos en buenas obras, y generosos, dispuestos a compartir lo que tienen. 1 Timoteo 6:17-18.

Cada hijo de Dios es un hombre consagrado. Su consagración no se identifica con ningún símbolo externo; no se nos ordena que nos dejemos crecer el pelo, o que nos abstengamos de determinadas comidas o bebidas. El cristiano es un hombre consagrado, pero sus semejantes no ven su consagración, excepto en los hechos que son el resultado que produce.

«Sin embargo», dice alguien, «¿podemos consagrarnos a Cristo? Yo pensaba que eso era tan solo para los ministros». Oh, no, mis hermanos, todos los hijos de Dios deben ser hombres consagrados. ¿A qué te dedicas? ¿Estás involucrado en el mundo de los negocios? Si eres lo que profesas ser, tu negocio tiene que estar consagrado a Dios. Quizá no tienes familia, estás involucrado en el comercio y cada año ahorras una suma considerable. Pero déjame contarte el ejemplo de alguien completamente consagrado a Dios. En Bristol vive un hombre cuyas ganancias son grandes y, ¿qué hace con ellas? Trabaja continuamente en los negocios para obtener ganancias pero anualmente dedica todas esas ganancias a la causa del Señor, excepto aquello que requiere para cubrir las necesidades de la vida. Hace que sus necesidades sean tan pocas como sea posible, de modo que tenga más para poder dar. Él es un hombre de Dios en su negocio. Hermanos, ustedes en su negocio deben ser hombres tan consagrados a Dios como lo es el ministro en su púlpito; pueden hacer de sus transacciones diarias un solemne servicio a Dios.

A través de la Biblia en un año: Esdras 4-7

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

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