Versículo para hoy:

lunes, 29 de abril de 2019

29 de abril – EL PODER DE CONDOLERSE

Tú dijiste: ‘¡Ay de mí! ¡El Señor añade angustia a mi dolor! Estoy agotado de tanto gemir, y no encuentro descanso.’ Jeremías 45:3.

La aflicción nos da, por medio de la gracia, el inestimable privilegio de conformidad al Señor Jesús. Oramos para ser semejantes a Cristo pero, ¿cómo podemos serlo si no somos gente de dolores en lo absoluto y nunca nos convertimos en amigos de la aflicción? Semejantes a Cristo y, sin embargo, ¡nunca atravesamos el valle de las lágrimas! Semejantes a Cristo y no obstante, tenemos todo lo que el corazón pudiera desear, y nunca soportamos la contradicción de pecadores en contra nuestra, y nunca decimos: «¡Mi alma sobrepasa el dolor, hasta la muerte!» No sabes lo que estás pidiendo. ¿Has dicho: «Déjame sentarme a tu derecha en tu reino»? Esto no se te puede conceder a menos que estés dispuesto también a beber de su copa y ser bautizado con su bautismo. La participación de su pena debe preceder la participación de su gloria.

Una vez más, nuestros sufrimientos son muy útiles para nosotros cuando Dios los bendice, porque nos ayudan a ser útiles a otros. Debe ser algo terrible nunca haber sufrido el dolor físico. Tú dirás: «Me gustaría ser ese hombre». Ah, a menos que tuvieras una gracia extraordinaria, te volverías duro y frío; llegarías a ser una especie de hombre de hierro fundido, que rompe a la gente con su toque. No, que mi corazón sea tierno, hasta suave, aunque para ablandarlo necesite el dolor, porque anhelo saber cómo sujetar las heridas de mi hermano. Que mi ojo tenga lista una lágrima por las penas de mi hermano incluso si para hacerlo, tuviera que derramar miles por mí mismo. Escapar del sufrimiento sería escapar del poder de condolerme y eso, entre todas las cosas, se debe despreciar.

A través de la Biblia en un año: 1 Corintios 9-10

FUENTE: Charles H. Spurgeon -Tomado del libro “A los Pies del Maestro”, Compilado por Audie G. Lewis.

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