Versículo para hoy:

lunes, 3 de septiembre de 2018

SEPTIEMBRE 3

“Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abriere vuestros sepulcros y os sacare de vuestras sepulturas, pueblo mío”. Ezequiel 37:13.

Verdaderamente tiene que ser así: los que reciben la vida después de estar muertos ciertamente reconocerán la mano del Señor en tal resurrección. Este es el mayor y el más extraordinario de todos los cambios que un hombre puede experimentar: ser sacado de la tumba de la muerte espiritual, y hecho capaz de gozarse en la luz y la libertad de la vida espiritual. Nadie puede hacer esto sino el Dios vivo, el Señor y dador de la vida.

¡Ay de mí! ¡Qué bien me acuerdo cuando yacía yo en el campo de los huesos secos, y yo tan seco como cualquiera de ellos! ¡Bendito fue el día cuando la gracia libre y soberana mandó al hombre de Dios que profetizase sobre mí! Gloria a Dios por el temblor que esa palabra de fe causó entre los huesos secos. ¡Aún más bendito fue aquel soplo celestial de los cuatro vientos que me vivificó! Ahora conozco el Espíritu vivificante del sempiterno Jehová. Verdaderamente Jehová es el Dios vivo, porque me vivificó. Mi vida nueva aun con sus abatimientos y tristezas es una prueba clara para mí de que el Señor puede matar y dar vida. Él es el Dios único. Él es todo lo que hay de grande, benigno y glorioso, y mi alma vivificada le adora como el gran “Yo Soy”. ¡Que toda la gloria sea a su nombre sagrado! Mientras viva el alabaré.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.

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