Capítulo 7
En
este capítulo trataremos con otras dos maneras en que satanás tienta a los
creyentes a pecar.
1. Les
hará fijarse en otras personas que son peores pecadores que ellos, y
argumentará que por lo tanto él/ella no están en peligro.
2. Satanás
les hará pensar que el cristianismo tiene errores y que la Biblia está
equivocada en algunas cosas.
Vamos
a tratar con estos dos métodos usados por el diablo:
1. Satanás
quiere que los creyentes piensen como aquel fariseo que oraba y dijo: “Dios
te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,
adúlteros...” (Luc.18:11) Esta actitud no es honesta y es una prueba de
que uno es un hipócrita. Los cristianos deben examinar sus propias vidas en
primer lugar para ver el pecado que hay, antes de ver a los pecados de otros.
(Mat.7:3-4) Los creyentes no deben compararse con otras personas, más bien
deben compararse con la Biblia, con las normas divinas para su vida. Los
creyentes siempre deben recordar que todos los que no se arrepienten del pecado
sufrirán en el infierno. Los pecados grandes recibirán mayor castigo que los
menores en el infierno. ¿Cómo ayudará a los perdidos el hecho de saber que los
sufrimientos de unos serán mayores que los de otros? La triste realidad es que
los castigos del infierno aunque sean mayores o menores, durarán
para siempre. Entonces nadie debe creer a satanás cuando dice que
sus pecados no son tan grandes ni tan graves como los de otros y que por lo
tanto no debe preocuparse.
2. Satanás
trata de persuadir a los creyentes a no tomar el cristianismo muy en serio. Les
dirá que la Biblia está llena de errores, que las narraciones de la Biblia solo
sirven para darnos una idea de lo que sucedió y nada más. Satanás les dirá que
pueden hacer lo que su propia naturaleza les indique, sin preocuparse acerca de
lo que la Biblia dice del pecado. Les dirá que ahora ya no están bajo ninguna
ley, sino la del Espíritu y la libertad. Estos errores y otros muchos serán
usados por el diablo para confundir, distraer y desorientar a los creyentes.
La meta del diablo en todo esto
no es la de ayudar a los creyentes a pensar mejor, sino es la de confundirlos y
lograr que pequen. Satanás les sugerirá que se están volviendo muy sabios y
avanzados en su manera de pensar, cuando en realidad su meta es lograr que
caigan en el pecado. El propósito de Dios es muy diferente: Dios se opone no
solo a que hagamos el mal, sino también a que lo pensemos. Romanos 1:28 dice: “Como
ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada para hacer cosas que no convienen.” Muchas personas piensan
equivocadamente y terminan haciendo cosas que no convienen . Este texto nos
habla del juicio de Dios que vino sobre los pueblos gentiles de la antigüedad.
Creo que en la actualidad Dios está castigando a muchos al entregarlos a errores
que arruinarán sus almas.
Por lo tanto los creyentes deben
recordar que la verdad de la Palabra de Dios debe ser incorporada en cada
aspecto de sus vidas. No basta recibir la verdad solo en la mente; es necesario
amarla y aplicarla a todo lo que
decimos y hacemos. Solamente así podremos pensar correctamente,
tomar decisiones sabias y librarnos de los caminos necios y vanos en los que
tantos caen. Todo error significará a la postre solo pérdida para los
creyentes. Solamente los que reciben y aman la verdad en sus corazones gozarán
de un sano juicio y un pensamiento claro. Los que resisten la verdad de Dios
están en peligro de ser entregados al error. “Por cuanto no recibieron el amor
a la verdad... por eso Dios les envía un poder engañoso para que crean la
mentira” (2 Tes.2:10-11)
Las ideas equivocadas o erróneas que satanás desea que los creyentes crean, solamente les harán daño. Pablo dice a los creyentes que Dios les ha dado el fundamento verdadero para una correcta manera de vivir y de pensar. El fundamento es Cristo mismo. (1 Cor.3:11-15) Si edifican o si construyen sobre este fundamento cosas equivocadas, ideas erróneas, al final todo esto será quemado. Solamente la verdad de Dios durará para siempre. Cuan necio es malgastar el tiempo creyendo o sosteniendo ideas erróneas solo para encontrar que al final todo fue un esfuerzo infructuoso. Todas las enseñanzas que conducen a una vida pecaminosa deben ser rechazadas. Pablo dijo que los pastores de las iglesias deben ser retenedores fieles del mensaje de la verdad a fin de poder ayudar a los que están equivocados y convencerlos de sus errores. (Ti.1:9) Dios ha dado a su pueblo su verdad, a fin de que puedan ser guiados, protegidos y guardados del error. Por lo tanto, los creyentes deben recibir la verdad con mansedumbre. Dios concede su gracia a los humildes, es decir, a aquellos que han dejado aparte sus propias ideas para ser llenos de la verdad divina.
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