"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura", (1 Corintios 2:14).
El Evangelio de Dios nos crea una conciencia de nuestra necesidad de É1 ¿Las Buenas Nuevas están
encubiertas para los que ya son siervos? No. Pablo dijo: "Pero si nuestro evangelio está aún encubierto,
entre los que se pierden está encubierto; esto es, entre los incrédulos, a quienes el dios de este mundo les
cegó el entendimiento", (2 Corintios 4:3-4). La mayoría de las personas se consideran completamente
rectas y no tienen ningún sentido de su necesidad del Evangelio. Es Dios quien crea esa necesidad de la
cual ningún ser humano es consciente hasta que Él se manifiesta. Jesús dijo: Pedid, y se os dará", (Mateo
7:7). Dios da a partir del momento en que la persona pide. No es que desee retener algo, sino que así fue como Él
decidió redimirnos. Mediante nuestras peticiones, Dios pone en movimiento el proceso por el que Él crea
lo que no existía hasta que lo pedimos. La realidad interior de la redención es que ella crea todo el tiempo.
Crea la vida de Dios en nosotros, así como las cosas que hacen parte de esa vida. Nada puede satisfacer la
necesidad, sino aquello que la creó. El significado de la redención es que crea y satisface.
Jesús dijo: Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo (Juan 12:32). La gente se
puede interesar cuando predicamos nuestras propias experiencias, pero tal presentación no despierta
ningún sentido de necesidad. No obstante, cuando Jesucristo es levantado, el Espíritu de Dios da
convicción sobre la necesidad de Él. El poder creativo de la redención divina obra en las almas de los
hombres solamente por medio de la predicación del Evangelio. El testimonio personal jamás salva a los
demás, pero sí la verdad de la redención". Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida (Juan
6:63).