Versículo para hoy:

lunes, 18 de enero de 2016

¡Lléname con Tu Espíritu! | Día 4 - Nancy DeMoss de Wolgemuth

LECTURAS VESPERTINAS – ENERO 18

“Declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Lucas 24:27.

LOS discípulos que iban a Emmaús tuvieron un viaje provechoso. El compañero y maestro de ellos era el mejor de los preceptores, el mejor intérprete entre mil, en quien están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento. El Señor Jesús se dignó hacerse un predicador del Evangelio y no se avergonzó de ejercer su vocación ante un auditorio de dos personas, ni rehúsa ahora ser el maestro aun de uno solo. Busquemos la compañía de tan excelente instructor, pues hasta que él no sea hecho para nosotros sabiduría, nunca seremos sabios para la salvación. Este maestro sin rival usó como libro de texto el mejor de los libros. Aunque capacitado para revelarnos nuevas verdades, prefirió exponer la antigua. El conocía por su omnisciencia cuál era la norma de enseñanza más instructiva, y, al dirigirse enseguida a Moisés y a los profetas, nos mostró que el camino más seguro a la sabiduría no es la especulación, el razonamiento o la lectura de libros humanos, sino la meditación de la Palabra de Dios. El modo más efectivo de ser rico en conocimiento celestial es cavar en esta mina de diamantes y recoger perlas en este mar celestial. Cuando Jesús procuraba enriquecer a otros, recurría a la cantera de las Sagradas Escrituras. Estas dos favorecidas personas fueron llevadas a considerar el mejor de los temas, pues Jesús habló de Jesús y expuso las cosas concernientes a sí mismo. Aquí el diamante talla al diamante, y ¿qué podría ser más admirable? El dueño de la casa abre sus propias puertas, conduce a los huéspedes a su mesa y coloca en ella sus sabrosas comidas. El que ocultó el tesoro en el campo, él mismo guió a los que lo buscaban. Nuestro Señor disertaría, naturalmente, sobre los tópicos más agradables y no hallaría ninguno más bello que su propia persona y obra. Teniendo en vista esto, debiéramos escudriñar siempre la Palabra de Dios. ¡Dios nos conceda la gracia de estudiar la Biblia, teniendo a Jesús como Maestro y lección!

Charles Haddon Spurgeon.