Sospecho que muchos creyentes auténticos tienen conceptos peligrosos y no bíblicos sobre esto; es claro que no digo que lo hagan a propósito, pero de hecho, los tienen. Muchos parecen pensar que, una vez convertidos, no se tienen que ocupar de otra cosa y que el estado de salvación es una especie de cómodo sillón donde simplemente se tienen que sentar, descansar y ser felices. Parecen creer que la gracia es algo que les ha sido dada para que la disfruten y olvidan que es dada como un talento, para ser usado, aprovechado y mejorado. Estas personas olvidan las muchas exhortaciones a "aumentar, crecer, abundar más y más y agregar a su fe" y cosas parecidas; y en su estado pasivo, sentados tranquilamente, no me extraña que se pierdan la seguridad.
Creo que debe ser nuestra meta continua y nuestro anhelo constante marchar hacia adelante, y nuestro lema en cada cumpleaños, en cada comienzo de año debe ser: "Más y más" (1 Ts. 4:1): Más conocimiento, más fe, más obediencia y más amor. Si hemos cosechado a treinta por uno, tenemos que procurar cosechar al sesenta y si hemos cosechado sesenta, debemos esforzarnos por cosechar a ciento por uno. La voluntad del Señor es nuestra santificación y debe ser nuestra voluntad también (Mt. 13:23; 1Ts. 4:3. Una cosa de la cual siempre podemos depender es que hay una conexión inseparable entre la diligencia y la seguridad. Dice Pedro: "Procurad"(2 P. 1:10). "Deseamos", dice Pablo "que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud para plena certeza de la esperanza" (He. 6:11). "El alma de los diligentes", dice Salomón, "será prosperada" (Pr. 13:4). Contiene mucha verdad la antigua máxima puritana que dice: "La fe de la adhesión viene por el oír, pero la fe de la seguridad no viene sin el hacer".
¿Es alguno de mis lectores uno de aquellos que anhela la seguridad, pero no la tiene? Preste atención a mis palabras. Nunca la obtendrá sin diligencia, no importa lo mucho que la anhele. No hay ganancia sin dolor en las cosas espirituales, así como no la hay en las temporales. "El alma del perezoso desea, y nada alcanza" (Pr. 13:4)18.
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18 "¿De quién es la culpa si usted deja de cuestionar su parte con Cristo? Si los cristianos se ocuparan más de examinarse a sí mismos, de caminar más cerca de Dios; si tuvieran una comunión más estrecha con Dios y actuaran con más fe, esta oscuridad y dudas vergonzosas pronto desaparecerían". -Robert Traill.
"Al cristiano perezoso siempre le faltarán cuatro cosas: Consuelo, contentamiento, confianza y seguridad. Dios ha hecho una separación entre el gozo y la indolencia. Entre la seguridad y la pereza y, por lo tanto, es imposible juntar estas cosas que Dios ha separado tanto". -Thomas Brooks.
"¿Se encuentra hundido y con dudas, tambaleando e incierto, sin saber cuál es su condición ni si tiene parte en el perdón que viene de Dios? ¿Está fluctuando entre esperanzas, temores, falta de paz, consolación y seguridad? ¿Por qué se queda sin hacer nada? Levántese, vele, ore, ayune, medite, batalle contra sus lascivias y corrupciones, no tema ni se asuste ante los ruegos de estas obras de la carne pidiéndole que no las abandone, marche adelante al trono de gracia con oraciones, súplicas inoportunas, pedidos sin descanso; esta es la manera de apropiarse del reino de Dios. Estas cosas no constituyen paz, ni seguridad, pero son parte de los medios que Dios ha determinado para alcanzarlas". -Owen sobre el Salmo 23.