Versículo para hoy:
sábado, 12 de octubre de 2024
SANTIDAD - J. C. RYLE (1816-1900)
La importancia de la batalla cristiana
Seamos miembros de la iglesia o no, una cosa es cierta, esta guerra cristiana es una enorme realidad y un tema de suma importancia. No es un tema como el gobierno y las ceremonias de la iglesia, en que los hombres pueden discrepar y, aun así, al final llegar al cielo. La necesidad se nos impone. No hay promesas en las Epístolas del Señor Jesucristo a las Siete Iglesias, excepto a aquellas que "venzan". Donde hay gracia habrá conflicto. El creyente es un soldado. No hay santidad sin batalla. Las almas salvadas siempre serán los que han peleado una batalla.
(1) Es una batalla absolutamente necesaria. No creamos que en esta guerra podemos permanecer neutrales y mantenernos pasivos. En los conflictos entre naciones puede ser posible, pero es totalmente imposible en el conflicto que concierne al alma. La presumida política de no intervención, la "inactividad magistral" que agrada a tantos políticos, el plan de no hacer nada y dejar las cosas como están, nunca dará resultado en la guerra cristiana. Aquí nadie puede escapar alegando ser "un hombre de paz". Estar en paz con el mundo, la carne y el diablo es estar enemistado con Dios y transitar por el camino ancho que lleva a la destrucción. No tenemos una alternativa ni una opción. Tenemos que luchar o estamos perdidos.
(2) Es una batalla universalmente necesaria. Ningún rango, ni clase ni edad tiene excusa para dejar de pelear. Pastores y laicos, predicadores y oyentes, ancianos y jóvenes, altos y bajos, ricos y pobres, encumbrados y humildes, reyes y súbditos, terratenientes e inquilinos, letrados e iletrados, todos deben portar armas e ir a la guerra. Todos tienen por naturaleza un corazón lleno de orgullo, incredulidad pereza, mundanalidad y pecado. Todos vivimos en un mundo lleno de trampas, engaños y escollos para el alma. Todos tenemos cerca a un diablo ocupado, inquieto y malicioso. Todos, desde el rey en su palacio hasta el mendigo más pobre, todos debemos luchar si hemos de ser salvos.