Versículo para hoy:

domingo, 6 de mayo de 2018

Mi lucha por aplastar el ídolo de la comida - Lindsey Carlson

6 razones para guardar tus ojos - Erin Davis

MAYO 6

“No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo tiempo. Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada”. Proverbios 23:17-18.

Cuando vemos a los pecadores prosperar somos tentados a envidiarlos. Cuando oímos el sonido de su regocijo, y nuestro propio espíritu está afligido, casi pensamos que ellos llevan la mejor parte. Esto es insensato y pecaminoso. Si los conociésemos mejor, y especialmente si nos acordásemos de su fin, tendríamos lástima de ellos.

La cura para la envidia consiste en vivir bajo la percepción constante de la divina presencia, adorando a Dios y teniendo comunión con Él todo el día, por muy largo que el día parezca. La verdadera religión levanta el alma a una región más alta, donde el juicio viene a ser más claro y los deseos más elevados. Cuanto más haya del cielo en nuestras vidas, menos codiciaremos del mundo. El temor de Dios echa fuera la envidia de los hombres.

El golpe mortal contra la envidia es una consideración serena del futuro. Las riquezas y la gloria de los impíos son una apariencia vana. Esta apariencia pomposa tiene un brillo pasajero y después se apaga. ¿De qué vale al pecador próspero su prosperidad cuando el juicio le alcanza? En cuanto al hombre pío, su fin es paz y bienaventuranza, y nadie le puede robar su gozo; por lo tanto, deje la envidia y viva lleno de dulce contentamiento.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.