Versículo para hoy:

jueves, 19 de julio de 2018

Una teología correcta sobre el temor (Y por qué la necesitas) - Erin Davis



El Padre Nuestro, día 17 - Nancy DeMoss de Wolgemuth



JULIO 19

“Hierro y metal tu calzado, y como tus días tu fortaleza”. Deuteronomio 33:25.

Aquí tenemos dos cosas que son dadas al peregrino: calzado y fortaleza.

En cuanto al calzado, esto es muy necesario cuando viajamos por caminos malos y cuando pisamos enemigos mortales. No andaremos descalzos; esto no convendría a príncipes de sangre real. Nuestros zapatos no serán de una clase ordinaria, porque tendrán suelas de metal duradero, que no se gastarán aun cuando el viaje sea largo y difícil. Tendremos la protección en proporción con las exigencias del camino y de la batalla. Por lo tanto, sigamos intrépidamente no temiendo ningún mal, aunque pisemos serpientes o pongamos nuestro pie sobre el mismo dragón.

En cuanto a la fortaleza, continuará mientras continúen nuestros días, y estará en proporción con el trabajo y la carga de esos días. Son pocas las palabras: “como tus días tu fortaleza”; pero el sentido es completo. En este día podemos esperar prueba y trabajo que requerirá energía, pero podemos con igual confianza esperar que tendremos la fortaleza adecuada. Esta palabra dada a Aser también nos es dada a nosotros, que tenemos fe para apropiárnosla. Elevémonos a la santa osadía que esa promesa está llamada a producir en el corazón creyente.

FUENTE: Libro de Cheques del Banco de la Fe – Charles H. Spurgeon.