Versículo para hoy:

domingo, 28 de abril de 2024

EL MISTERIO DE LA PROVIDENCIA – JOHN FLAVEL

CAPÍTULO 5: EL PLACER Y EL BENEFICIO QUE SE OBTIENEN DE CONTEMPLAR LO QUE DIOS HACE EN LA PROVIDENCIA

-Parte 1-

Ahora debo poner frente a ustedes el gran placer de andar con Dios y de fijarse diariamente en sus providencias.

Por este medio usted puede disfrutar un íntimo compañerismo con Dios día tras día.

El Salmo 104 es una meditación sobre las obras de la providencia. El salmista dice: “Dulce será mi meditación en Él.” (vers.34) 

La comunión se compone de dos cosas:

        • Primero: Dios dándose a conocer a nuestra alma. 
        • Segundo: Nuestra alma respondiendo a Dios. 

El efecto de esta comunión se manifiesta en cuatro maneras:

1. Tal como con Jacob y los demás santos de los tiempos antiguos, llegamos a sentir que no merecemos la más mínima de las misericordias y la verdad que Dios nos ha mostrado. Somos llevados a decir: “Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo.” (Gen.32:10)

2. Nuestro amor para con Dios se incrementa cuando recordamos sus misericordias. Cada hombre ama las misericordias de Dios, pero un santo, ama al Dios de las misericordias.

3. La comunión con Dios que es producida al meditar en sus providencias, hace que el alma mantenga una continua vigilancia para no pecar en contra de Dios.

4. La comunión, hace que sea fácil obedecer y servir al Señor. David y Josafat encontraron que esto es cierto. (Sal.116:12; 2 Crón.17:5-6)

Entonces, usted puede ver la maravillosa comunión que el alma puede tener con Dios estudiando sus providencias. ¡Oh que usted anduviera en esta manera con Él! Cuando tales efectos como estos son producidos en su corazón, el Señor dirá: “¡Los favores con los cuales a usted le he beneficiado, han sido bien otorgados!” Dios se regocijará de hacerle bien para siempre.

Una gran parte del placer en la vida cristiana proviene de considerar lo que Dios hace en la providencia

“Grandes son las obras de Jehová, buscadas de todos los que las quieren.” (Sal.111:2) (La Biblia Revisión 1977 traduce la última frase como: “Dignas de meditarse por cuantos en ellas se complacen.”)

1. Vea cómo los diferentes aspectos del carácter de Dios trabajan juntos en la providencia. A veces puede parecer que se oponen entre sí, pero por fin siempre se encuentran. “La misericordia y la verdad se encontraron, la justicia y la paz se besaron.” (Sal.85:10) Estas palabras se refieren al regreso de Israel de la cautividad babilónica. La verdad y la justicia de Dios en la promesa hecha setenta años antes parecían muy lejos de la experiencia de misericordia y paz, la cual Israel encontró cuando salió de la cautividad. La promesa hecha tantos años antes y su cumplimiento setenta años después son descritas como dos amigas que ahora sonríen y se besan al encontrarse después de una larga ausencia. Cada vez que las promesas de Dios y los eventos que fueron prometidos se encuentran entre sí, son abrazados gozosamente por el pueblo creyente.

2. Frecuentemente al mirar las obras de la providencia, usted puede ver sus propias oraciones y esperanzas creciendo nuevamente como si se levantaran de los muertos. Dios retarda la respuesta a nuestras oraciones y nosotros decimos: “Perecieron mis fuerzas y mi esperanza en Jehová.” (Lam.3:18) Pero ¡Cuán llenos de consuelo somos, cuando esas oraciones son contestadas, cuando habíamos perdido toda esperanza de recibir respuesta alguna a ellas! Las vidas de Job, Jacob y David muestran cómo es que a veces habían perdido toda esperanza de vida, pero después de la extraña e inesperada obra de la providencia, vivieron para ver recuperados su esperanza y su consuelo, como “si se hubieran levantado de los muertos”.

3. Cuán grandes bendiciones nos ha traído la providencia de aquellas cosas, las cuales pensamos que nos conducirían a la ruina o la miseria. José no se imaginaba que su venta como esclavo en Egipto resultaría en su beneficio; y sin embargo vivió para ver un propósito bueno en ello. (Gen.45:5) Cuántas veces hemos sido obligados a decir igual como David: “Bueno es haber sido afligido.” (Sal.119:71) Al principio, nuestra reacción ante los problemas es de suspiros y lágrimas; más tarde los vemos con gozo y bendecimos a Dios por ellos.

4. Cuán inmenso es el consuelo para una persona que ve nada más que mal en sí mismo, comprobar al mismo tiempo en cuánta estima le tiene Dios. Mientras que la providencia le cuida, esa persona ve que la bondad y la misericordia divinas le siguen todos los días de su vida. (Sal.23:6) Otros hombres buscan el bien y éste se aleja de ellos. Pero la bondad y la misericordia siguen al pueblo de Dios y ellos no pueden impedirlo, aunque a veces pecan y se desvían del camino recto. Ciertamente, el pueblo de Dios son su tesoro y “no apartará de los justos sus ojos”. (Job 36:7)

5. En la muerte comenzamos una vida de alabanza y agradecimiento, y entramos al mismo trabajo feliz y eterno de los ángeles. No tengo duda de que las providencias en las cuales estuvimos involucrados en este mundo serán una parte del himno que entonaremos en el cielo. Entonces afinemos nuestras lenguas y corazones mientras estamos aquí, meditando diariamente en lo que Dios ha sido para nosotros y lo que ha hecho por nosotros.