Versículo para hoy:

sábado, 21 de mayo de 2022

Mayo 21 Los razonamientos divinos - OSWALD CHAMBERS

"Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todos estas cosas os serán añadidas", Mateo 6:33

Tan pronto consideramos estas palabras de Jesús, descubrimos que es la declaración más revolucionaria que jamás haya escuchado el oído humano. "Buscad primeramente el reino de Dios..." Nosotros afirmamos exactamente lo contrario: “pero debo vivir, debo ganar mucho dinero, debo vestirme, debo alimentarme”. Nuestra gran preocupación no es el reino de Dios, sino cómo nos las arreglamos para vivir. Jesús invirtió el orden. Primero debemos relacionarnos correctamente con Dios, asegurarnos de que ese sea el interés más importante de nuestra vida y nunca concederle tal importancia a lo demás. 

"No os angustiéis por vuestra vida", Mateo 6:25. Nuestro Señor señaló lo irrazonable que es, desde la perspectiva divina, estar ansiosos y preocupados acerca de como vamos a vivir. Jesús no dijo que la persona despreocupada es bienaventurada. No, esa persona es necia. Pero Jesús sí enseñó que su discípulo debe hacer de su relación con Dios el enfoque predominante de su vida y al compararlo con esto, despreocuparse prudentemente de cualquier otro aspecto. En esencia, Jesús estaba diciendo: “No conviertas la comida o la bebida en el factor primordial de tu vida, sino concéntrate totalmente en Dios”. Algunas personas son descuidadas con lo que comen y beben y sufren por ello, descuidan su manera de vestir, descuidan los asuntos de este mundo y Dios las hace responsables. Jesús dice que el principal interés de la vida es poner en primer lugar nuestra relación con Dios y todo lo demás en un segundo plano. 

Una de las disciplinas más difíciles de la vida cristiana es permitirle al Espíritu Santo llevarnos a una absoluta armonía con lo que nos enseña Jesús en estos versículos.

Mayo 20 El reino de lo verdadero - OSWALD CHAMBERS

"Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas", Lucas 21:19

Cuando una persona nace de nuevo, durante algún tiempo no tiene la misma energía de antes para pensar y razonar. Tenemos que aprender a expresar la nueva vida que hay dentro de nosotros y a desarrollar la mente de Cristo. Lucas 21:19 dice que tomamos posesión de nuestra alma por medio de la paciencia. Pero muchos de nosotros preferimos quedarnos en el umbral de la vida cristiana, en lugar de seguir adelante  para formar y edificar nuestra alma de acuerdo con la nueva vida que Dios nos ha impartido. Fracasamos porque ignoramos cómo nos hizo Él y le atribuimos hechos al diablo que realmente son el resultado de nuestra naturaleza indisciplinada. ¡Sólo piensa lo que podríamos ser cuando nos despertemos a la verdad!

Existen ciertos asuntos por los cuales no necesitamos orar; por ejemplo, nuestro estado de ánimo. El mal humor o el desánimo nunca desaparecerán con la oración, sino expulsándolos de nuestra vida. La disposición anímica casi siempre tiene su origen en nuestro estado físico y no en el moral. Debemos esforzarnos continuamente para no prestarle atención al talante en que nos encontramos como resultado de nuestra condición física y para nunca someternos a él ni por un instante. Tenemos que agarrarnos del cuello y darnos una buena sacudida. Entonces, descubriremos que podemos llevar a cabo lo que negábamos con nuestros labios. El problema con la mayoría de nosotros es que no lo queremos hacer. La vida cristiana es una vida de determinación y valor espiritual que se encarnan en nosotros.

Mayo 19 "De en medio del desastre, me levanto" - OSWALD CHAMBERS

"¿Quién nos separará del amor de Cristo?" Romanos 8:35

Dios no exime a sus hijos de la tribulación. Pero promete: "Con él estaré yo en la angustia", Salmo 91:15. No importa qué tan reales o intensas sean las dificultades, nada puede separarte de tu relación con Dios. Antes, "en todas estas cosas somos más que vencedores", Romanos 8:37. Pablo no estaba hablando de situaciones imaginarias, sino de circunstancias que son reales en extremo. Y él afirma que somos “súper victoriosos” en medio de ellas, no por nuestro propio ingenio ni valor, sino porque ninguna afecta nuestra relación con Dios que es en Jesucristo. Siento compasión del creyente en cuya vida no hay ninguna situación que él considere indeseable. 

¿Tribulación...? La tribulación nunca es un acontecimiento agradable, ni muy bienvenido. Pero sin importar cómo sea, agotadora, molesta o que sólo nos cause alguna debilidad, no puede separarnos del amor de Dios. Nunca permitas que las tribulaciones o las preocupaciones de este siglo te impidan recordar que Él te ama (Mateo 13:22). ¿Angustia...? ¿Podrá mantenerse la fe en el amor de Dios, cuando todo lo que nos rodea parece decir que su amor es una mentira y que no existe la justicia? 

¿Hambre...?¿Será posible que no sólo creamos en el amor de Dios sino que también somos más que vencedores, incluso cuando estamos padeciendo hambre? 

O Jesucristo es un engañador y Pablo está engañado, o algo extraordinario le sucede a quien se aferra al amor del Señor cuando las probabilidades están totalmente en su contra. La lógica queda silenciada frente a cada una de estas circunstancias. Una sola realidad puede justificarlo: El amor de Dios que es en Cristo. “De en medio del desastre me levanto”, todas las veces.