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sábado, 30 de julio de 2016

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LECTURAS VESPERTINAS – JULIO 30

“Al que mí viene, no lo echo fuera”. Juan 6:37.

NINGÚN límite tiene la duración de esta promesa. No dice meramente: “No echaré fuera a un pecador en su primera venida”, sino “no lo echaré fuera en ningún tiempo”. El original dice: “No, no lo echaré” o “nunca jamás lo echaré”. El texto quiere decir que Cristo no rechazará al creyente al principio y que, como no lo hará al principio, tampoco lo hará al fin. Pero supongamos que el creyente peca después de haber venido. Entonces Juan dice: “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el Justo”. Supongamos también que el creyente vuelve atrás. En ese caso “Yo sanaré, dice el Señor, su rebelión, amarélo de voluntad, porque mi furor se apartó de ellos”. Pero los creyentes pueden caer en tentación. Si eso acontece, “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar”. El creyente puede, como David, caer en pecado. Sí, pero Dios “lo purificará con hisopo y será limpio; lo lavará y será emblanquecido más que la nieve”. “Los limpiaré de toda su maldad”, dice el Señor.
Una vez en Cristo, en Cristo para siempre;
Nada de su amor nos apartará.
“Yo doy a mis ovejas, dice el Señor, vida eterna, y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano”. ¿Qué dices a esto, oh vacilante y tembloroso? ¿No es una preciosa gracia el que, al ir a Cristo, no vayas a uno que te tratará bien por un corto tiempo y después te dejará, sino a uno que te recibirá para siempre y te hará su esposa y tú serás suyo para siempre? No recibas más el espíritu de servidumbre para estar otra vez en temor, mas el espíritu de adopción por el cual clamamos “Abba Padre”. ¡Oh la gracia que tienen estas palabras: “No lo echo fuera”!

Charles Haddon Spurgeon.